La consejera de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad, Loles López, ha presentado este miércoles en Punta Umbría (Huelva) la nueva edición del Programa de Escuelas de Verano de Andalucía que alcanzará a más de 7.700 menores de entre tres y 16 años, principalmente, de zonas desfavorecidas. En concreto, en la provincia de Huelva se beneficiarán unos 526 menores de 15 escuelas de verano.
La consejera, acompañada por el alcalde puntaumbrieño, José Carlos Hernández Cansino, ha visitado la escuela de verano Torrealmenara de Punta Umbría que lleva a cabo la entidad Resurrección, de la que ha destacado su firme compromiso con las personas más vulnerables y su buen hacer y dedicación.
Las escuelas de verano, que se desarrollan durante los meses de julio y agosto, atienden a niños y niños pertenecientes a familias con dificultades económicas o en situación de riesgo de exclusión. Este año este programa, que dispone de cinco millones de euros a través del Plan Corresponsables, cuenta casi un millar de profesionales, once escuelas más que el año pasado y 300 menores participantes más. Además, tienen como objetivo garantizar tres comidas diarias (desayuno, almuerzo y merienda), desarrollar actividades socioeducativas, de ocio y tiempo libre, así como busca permitir la conciliación familiar y laboral. Igualmente, también tienen presentes a los menores con necesidades educativas especiales ya que 209 plazas están reservadas para este colectivo en toda Andalucía.
Así, el Plan de Garantía Alimentaria (Syga) para escolares en situación de riesgo de exclusión social finaliza cuando termina el curso escolar, por lo que las escuelas verano suponen dar continuidad a una alimentación equilibrada y saludable durante el verano. "Con las escuelas de verano mantenemos ese programa alimentario pero también se ofrecen actividades lúdicas, de refuerzo educativo, de aprendizaje de valores", ha explicado la consejera.
Además, ha defendido la necesidad de programas como éste para ayudar a estos menores y sus familias a salir de la situación de vulnerabilidad. Las escuelas de verano son, además, un recurso que permite la conciliación familiar y laboral para los padres que tengan un empleo pero también supone una ayuda para aquellos que están en búsqueda de trabajo o formándose para intentar conseguirlo porque es "el empleo es la mejor herramienta para superar la vulnerabilidad".
Para el alcalde de Punta Umbría, José Carlos Hernández Cansino, "el campamento de verano que coordina la asociación Resurrección es especialmente importante en materia de conciliación". No obstante, "en estos meses multiplicamos nuestra población y es el momento en el que las personas que viven aquí tienen más posibilidad de encontrar empleo. Para ello requieren que sus hijos tengan la mejor atención posible ahora que no están abiertos los colegios, como sucede con esta iniciativa".
Hernández Cansino se ha mostrado "muy satisfecho de que nos acompañe la consejera Loles López, arropando las políticas sociales municipales y la labor de la asociación Resurrección desde la consejería y personalmente". En su opinión, esta escuela de verano "es una muestra de lo mucho que hacen a lo largo del año, porque comenzaron como entidad de ayuda a drogodependientes pero se han sabido reinventar para dar un amplio abanico de servicios a las familias vulnerables". De ahí que haya recalcado que esta asociación "vende la marca Punta Umbría desde el punto de vista social y es un ejemplo en voluntariado, mostrando un día sí y otro también que es valiente ante los nuevos retos".
Ejemplo de colaboración
La consejera ha agradecido a Resurrección su labor con esta escuela, así como ha ensalzado su trabajo también con las personas que están en rehabilitación o en incorporación social tras problemas de drogodependencias y sida; las personas reclusas o exreclusas, las mujeres en situación de prostitución, de vulnerabilidad o víctimas de violencia de género, los emigrantes y migrantes, las personas sin hogar o los menores en situación de riesgo.
Esta escuela de verano onubense cumple tres años y cuenta con nueve profesionales (desde monitores, psicóloga y cocinera) y unos 40 niños y niñas, entre ellos menores con necesidades educativas especiales como TDAH o Trastorno del Espectro Autista (TEA).
Además de ofrecer un servicio de desayuno, tentempié y almuerzo, cuenta con un amplio abanico de actividades lúdicas para promover valores como el respeto, la convivencia o la igualdad, al tiempo que destaca la actividad de los viernes que son en la playa, van a la escuela de vela y realizan actividades como paddle surf y también los viernes practican la pesca. "Lo mejor de estas escuelas de verano es que en ellas los niños y niñas son felices y aprenden valores", ha concluido López.