El Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón invertirá cerca de 75.000 euros en la restauración del retablo de los santos Julián y Lucía del Monasterio de la Resurrección de Zaragoza, perteneciente a la Real Orden de Canonesas Regulares del Santo Sepulcro. Los trabajos, que acaban de comenzar, tienen un plazo de ejecución de 5 meses y se van a desarrollar in situ, en los antiguos dormitorios del monasterio.
Los profesionales, supervisados por técnicos de la Dirección General de Patrimonio Cultural, aplicarán los tratamientos de limpieza, consolidación, reintegración puntual y protección requeridos tanto por el soporte de madera como por el estrato pictórico y los dorados, y en la fabricación de una nueva estructura para su montaje definitivo en la misma sala.
Este montaje definitivo de la totalidad del retablo, que ahora se expone de manera separada (cuerpo, predela y guardapolvo), permitirá volver a contemplarlo en toda su integridad y esplendor tras esta necesaria intervención, cuyos detalles se plasmarán en una memoria final de los trabajos realizados, donde se incluirá un plan de mantenimiento y conservación.
Para la realización de la restauración, se procederá previamente a la instalación de los medios auxiliares necesarios y de un área destinada a taller y almacenaje, así como a la realización de los estudios y análisis previos contemplados en el proyecto.
Se trata de un retablo ejecutado en madera tallada, dorada y policromada con trece escenas dedicadas a la vida de san Julián y santa Lucía y a la Pasión de Jesucristo, que se encontraba originalmente situado en una capilla del claustro bajo, aunque actualmente se encuentra en los dormitorios. Su ejecución fue promovida en 1384 por don Sancho de la Foz y su hermana doña Oria Sánchez de la Foz y, según las numerosas investigaciones y publicaciones sobre el mismo, fue realizado por el taller de los hermanos Serra. Un taller barcelonés del que salieron otras importantes obras de estilo italogótico conservadas tanto en el propio monasterio como en otros lugares como el Museo de Zaragoza. La pieza objeto de la restauración, de Jaume Serra, es el único retablo conservado entero e in situ de este destacado autor gótico.
El hecho de que este retablo de interesante iconografía, magnífica ejecución técnica y gran belleza esté documentado y que además se conserve completo en el edificio para el que fue encargado desde el siglo XIV lo convierte en una obra excepcional del arte gótico aragonés e hispánico.
Actualmente, el retablo presenta las alteraciones propias del envejecimiento natural de sus materiales constituyentes y, además, en zonas puntuales, la degradación provocada por su exposición a unas condiciones ambientales adversas. Por otra parte, la ausencia del guardapolvo, que se conserva desmontado, ha dado lugar a movimientos naturales de contracción y dilatación de la madera del soporte, que a su vez ha trasladado la afección a las policromías, provocando nuevas alteraciones como grietas y apertura de paneles.
También se aprecian numerosos orificios producidos por clavos, impactos, roces y arañazos, así como incisiones selectivas como las que presentan determinados personajes que han sido rayados intencionadamente con algún objeto punzante.
En los últimos dos años, el Ejecutivo autonómico ha destinado 125.170 euros a las obras de restauración de cubiertas en el antiguo dormitorio, los andadores derecho e izquierdo del monasterio, adecuación de la sacristía y los trabajos de limpieza y restauración de dos lienzos del retablo de la Virgen de los Dolores en la iglesia de San Nicolás de Bari, así como la redacción del proyecto de restauración del retablo de los Santos Julián y Lucía.
Monasterio del Santo Sepulcro de Zaragoza
El Monasterio de la Resurrección de Zaragoza pertenece a la Real Orden de Canonesas Regulares del Santo Sepulcro y fue declarado Monumento Histórico Artístico (hoy Bien de Interés Cultural, en la categoría de Monumento) en 1893.
Este cenobio fue fundado en 1300 por doña Marquesa Gil de Rada y construido junto a la muralla romana de Zaragoza a lo largo del siglo XIV gracias al mecenazgo de fray Martín de Alpartir, canónigo del Santo Sepulcro de Calatayud y tesorero del arzobispo de Zaragoza. Actualmente, una pequeña pero activa comunidad religiosa mantiene vivo el monasterio.
Aunque el conjunto experimentó algunas reformas, principalmente en los siglos XVI y XIX, constituye un magnífico ejemplo de arquitectura mudéjar que cuenta con un gran claustro de planta rectangular y dos alturas, en torno al cual se disponen una serie de dependencias destacadas como la capilla conventual, la sala capitular, el refectorio o el dormitorio, junto a otras más modestas destinadas a cubrir las necesidades diarias de la comunidad como las bodegas o la cocina, espacios que junto a un tramo de la muralla se han recuperado recientemente y se pueden visitar.
En la sala correspondiente a los antiguos dormitorios se custodian actualmente numerosos bienes muebles, entre los que destaca el magnífico retablo dedicado a los santos Julián y Lucía, cuya restauración acaba de comenzar por impulso de la Dirección General de Patrimonio Cultural.