El diputado de Cultura de Huesca, Carlos Sampériz, subraya la labor que se hace desde el Instituto de Estudios Altoaragoneses "de apoyo y de respaldo fundamental a los investigadores, cuestión que redunda en disponer de nuevos conocimientos sobre la provincia de Huesca".
La variedad de materias y disciplinas estudiadas es muy notable. Así, en la rama de ciencias sociales, la investigadora Elena Escolano está estudiando la prevención de la conducta suicida en población infantojuvenil de la provincia de Huesca y Javier Martínez ha centrado su trabajo en la alfabetización ambiental de los estudiantes de secundaria del Alto Aragón. Además, Rafael Loriente está llevando a cabo un proyecto sobre alternativas para el retiro laboral y jubilación en las comarcas de la provincia.
En lo que se refiere a las ciencias naturales, el investigador Álvaro Rubio estudia la mortalidad por sequía de bosques y matorrales de la provincia y Reyes Giménez se fija en la historia climática del valle del Aragón. En el capítulo de arte, María Teresa Chicote lidera el proyecto que estudia la figura de los Condes de Ribagorza como agentes artísticos en la Baja Edad Media. Además, Gonzalo Preciado se fija en el tema de Los Pirineos y la jota del Alto Aragón en la danza y el ballet.
En cuanto a historia, hay dos investigaciones en esta edición. Por un lado, Miguel Ángel Motis estudia la morfología, hábitat y urbanismo de la judería de Huesca en la Edad Media, en concreto, los siglos XIV y XV, y por otro, Manuela Adamo ha fijado su proyecto en los coros y danzas de la Sección Femenina en la provincia de Huesca. El último estudio hace referencia a la materia de arqueología y está liderado por Hugo Chautón, quien hace una propuesta de investigación y datación de la necrópolis medieval de Peñetas de Manolo, en Sena.
Cabe recordar que las ayudas a la investigación del IEA con carácter anual se recuperaron en 2021, cuando resultaron beneficiarios de las mismas un total de quince proyectos, trece lo fueron en 2022 y diez en 2023. La principal novedad de esta última edición ha sido que se ha aumentado la cuantía máxima a la que puede aspirar cada proyecto, pasando de 5.000 a 7.000 euros.
Como en cada edición, una comisión de valoración determinó las puntuaciones en función de los requisitos, que pasan por el interés de los contenidos, su metodología, la proyección de futuro y su carácter innovador. Tal y como se indica en las bases, el presupuesto de cada proyecto a subvencionar presentado servirá de referencia para la concesión de la ayuda, teniendo en cuenta que ésta no puede superar el 80% del presupuesto presentado.
Ahora, el plazo para la realización del trabajo de investigación derivado del proyecto presentado comenzó hace cuatro meses, el pasado 1 de septiembre, y finalizará el 30 de junio de 2024.