El Gobierno de Aragón trabaja en un nuevo marco normativo que permita atraer inversiones estratégicas sanitarias a la Comunidad Autónoma. La industria farmacéutica y la de la tecnología sanitaria son unos de los principales activos de la economía española y de la Unión Europea y generan un alto impacto en la inversión, la exportación, así como en el empleo y la productividad.
Además, contribuyen a aminorar la alta dependencia que tiene la industria sanitaria europea respecto de terceros países, como se ha puesto de manifiesto durante la pandemia de la COVID-19.
Con esta finalidad, la Cátedra de Proyectos e Inversiones Estratégicas de Aragón, en colaboración con el Gobierno regional, ha celebrado este martes, 30 de enero, una Jornada sobre Inversiones Estratégicas en Salud en Aragón, que se ha desarrollado en la Sala de la Corona del Edificio Pignatelli, y en la que han participado representantes de la Administración autonómica, de la Universidad de Zaragoza, entre ellos, el rector, José Antonio Mayoral, y del ámbito empresarial del sector de la salud.
La jornada ha contado con la presencia del consejero de Sanidad, José Luis Bancalero Flores, quien ha manifestado a los asistentes la importancia que tiene para Aragón este sector puesto que la gestión de la sanidad es una competencia autonómica, "con el compromiso, político y financiero, de dotar a la asistencia que ofrecemos de la calidad que demandan los ciudadanos".
A esto se suma el peso que tiene la industria biosanitaria en la estructura productiva de la Comunidad Autónoma y el impacto que genera en la innovación y en la generación de conocimiento, en un contexto de digitalización y sostenibilidad ambiental.
Nuevo marco normativo
El Gobierno de Aragón se propone, en línea con los objetivos y políticas europeas, adecuar su marco normativo para favorecer la inversión privada en materia de salud, "superando dogmatismos ideológicos basados en el intervencionismo, la burocracia y la desconfianza hacia lo privado, y optando por fórmulas de colaboración público-privada, la eficiencia y la simplificación", ha expuesto el consejero de Sanidad.
Bancalero ha añadido que, de esta forma, se logrará mejorar la prestación de los servicios sanitarios y la compra de medicamentos y vacunas, "aportando una mayor resiliencia frente a crisis o emergencias sanitarias, e impulsando una mayor capacidad de innovación, tanto farmacéutica, como tecnológica, que permita alcanzar altas cotas de calidad a nuestro sistema sanitario".
La jornada ha servido para dialogar con los actores implicados y conocer sus propuestas de cara a la elaboración de ese nuevo marco regulatorio que favorezca, por un lado, la disponibilidad y accesibilidad de tecnología y la provisión de servicios de salud que aporten valor, y, por otro, disponer de medicamentos y vacunas con mayor competitividad, producción e innovación biosanitaria, contribuyendo a que sean accesibles a todos los ciudadanos y se obtenga la mejor calidad de los resultados asistenciales.
Esta reunión ha supuesto, igualmente, abordar un modelo moderno de cooperación público-privada, que favorece una producción sostenible e integrada en el ámbito de la salud, con el objetivo compartido de mejorar la resiliencia y favorecer la inversión y la atracción de talento.
Nueva cátedra
La jornada ha permitido dar a conocer la Cátedra de Proyectos e Inversiones Estratégicas de Aragón, dirigida por José María Gimeno y que se acaba de poner en marcha este mes de enero, fruto de la colaboración entre el Gobierno de Aragón y la Universidad de Zaragoza.
Desde la Cátedra de Proyectos e Inversiones Estratégicas de Aragón han señalado que la normativa que se quiere impulsar para atraer inversiones estratégicas sanitarias a la Comunidad Autónoma se alinea con los objetivos y políticas europeas para lograr una mayor simplificación administrativa que aporte mayor agilidad y eficiencia a las inversiones en materia de salud.
El sector salud supone el 8,6% del Valor Añadido Bruto (VAB) total de Aragón y el 9,7% del total de los afiliados a la seguridad social de la Comunidad Autónoma. En ambos casos, se sitúa como el sector económico con más peso en la estructura productiva de Aragón, tras el sector de comercio.