La preocupación por la calidad del suelo, un recurso frágil y básico para la vida en la Tierra, está cada vez más presente en las políticas públicas, los debates sociales y los trabajos científicos. En Huesca hace catorce años, cuando la sensibilidad sobre esta cuestión estaba mucho menos extendida, se puso en marcha Jornada sobre Conservación y Rehabilitación de Suelos, un evento anual, que ha ido llevando a la sociedad los hallazgos de los investigadores sobre este tema a la par que alertaba sobre la importancia de este recurso. 'Cómo mejorar las propiedades del suelo a través del manejo' es el título de la edición de 2024 de este evento, que tiene su sede en el Instituto de Estudios Altoaragoneses (calle del Parque, 10) que siempre ha coordinado el catedrático de Edafología del Campus de Huesca de Unizar David Badía. Científicos y técnicos de instituciones y asociaciones agrarias serán los ponentes de esta jornada, abierta al público, que tendrá lugar el 6 de marzo, entre las 17 y las 20 horas. El programa, que aborda casos desarrollados en Aragón también será retransmitido a través del canal de Youtube de la DPH.
Esta jornada, explica Badía, se viene celebrando desde el año 2011, para transferir conocimiento sobre el suelo, con la convicción, señala, de que "unos suelos vivos nos mantienen vivos a nosotros y al mundo que nos rodea". Este docente altoaragonés se muestra satisfecho por el incremento del interés por las aportaciones que nos hace este elemento de la naturaleza que, más allá del ámbito científico, está llegando a la sociedad e incluso, precisa, a las normas y políticas institucionales.
Así, recuerda, "la Comisión Europea, a través de las misiones 2030, pone al mismo nivel la adaptación al cambio climático, la lucha contra el cáncer y el mantenimiento de los suelos sanos para que también lo estén la gente y la naturaleza y para los alimentos y el clima sean saludables". Y esta preocupación se está plasmando recientemente en los "boletines oficiales", en diversas normas, entre las que cita la Directiva UE Soil Health, de julio de 2023, o el Real Decreto 1051 de diciembre de 2022, sobre nutrición sostenible de suelos.
Natalia Rodríguez Eugenio, técnica de Tierras y Aguas de la FAO, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, abrirá las sesiones de esta decimocuarta Jornada sobre Conservación y Rehabilitación de Suelos de Huesca, explicando, en una intervención online desde Roma, los análisis y líneas de trabajo de esta institución internacional en relación a la salud del suelo.
Las transformaciones que han provocado en las propiedades de los suelos de montaña los cambios de uso que se han ido dando en las pasadas décadas en el Pirineo, con el abandono de zonas cultivadas o de pastoreo y diversas reforestaciones, centrarán la conferencia que impartirá, seguidamente, Estela Nadal Romero, doctora en Geografía e invertigadora del Instituto Pirenaico de Ecología (CSIC).
Posteriormente, a partir de las 18:45 horas, Carlos Molina Pitarch, titulado en Ingeniería Agroalimentaria y del Medio Rural en la Escuela Politécnica del Campus oscense, y técnico de la Asociación Aragonesa de Agricultura de Conservación , Agracon, explicará experiencias desarrolladas por esta entidad para la mejora y la conservación del suelo agrícola en secano. El manejo de las cubiertas vegetales, el aprovechamiento de las "malas hierbas", para protegerlo frente a la erosión y mejorar sus balances hídrico y de carbono, es uno de los proyectos, desarrollados en Aragón, que se presentará.
El Instituto de Estudios Altoaragoneses (DPH) organiza esta jornada anual en colanoración con la Escuela Politécnica Superior de Huesca -centro del campus altoaragonés especializado en Ciencias Agrarias-, el Instituto Universitario de Investigación en Ciencias Ambientales de Aragón -también de Unizar-, y la sección aragonesa de la Sociedad Española de la Ciencia del Suelo.
En distintas ediciones han ido abordando cuestiones como los efectos de los incendios forestales en el suelo y las técnicas para su recuperación; el papel y el impacto en él de las quemas agrícolas o de los desbroces mecánicos; la rehabilitación de espacios afectados por canteras y minería a cielo abierto; el encapsulamiento de suelos contaminados o la estabilización de los taludes de infraestructuras viarias, entre otros muchos aspectos conducentes a mejorar la calidad de la capa fértil de la tierra y evitar su pérdida.