Agentes de la Jefatura Superior de Policía de Aragón detuvieron el pasado martes 2 de julio a dos hombres de 22 años como presuntos responsables de al menos quince delitos de robo con fuerza en interior de vehículo.
La investigación comenzó a mediados del mes de Abril, cuando hubo un importante repunte de denuncias de robos con fuerza en furgonetas, teniendo su epicentro en el Barrio de Santa Isabel, en el que los nexos a todas ellas eran que se realizaban en un breve espacio de tiempo. Aprovechaban la pausa para comer de los conductores o que habían estacionado las furgonetas para hacer alguna gestión en el interior de algún domicilio. Los efectos sustraídos eran herramientas de jardinería, albañilería, carpintería y bricolaje, todos ellos de alto valor económico, y por tanto muy valoradas en el mercado negro.
Estos hechos estaban generando una gran alarma social entre los trabajadores de este Barrio de Zaragoza, que no sólo se encontraban con la desaparición de sus herramientas, sino con que tenían daños en las mismas, lo que les suponía pérdida de tiempo y dinero al no poder utilizar sus furgonetas (su medio de vida), al tener que dejarlas en talleres para la reparación de ventanillas o cerraduras.
Agentes del Grupo de Judicial de la Comisaría de Arrabal fueron los encargados de iniciar las pesquisas y en las primeras declaraciones a los testigos dieron con una pista clave para esclarecer los hechos, los malhechores utilizaban un mismo vehículo en todos sus robos. Uno de estos testigos llegó a precisar incluso la matrícula de este turismo y las características físicas de las personas que acababan de cometer un robo, por lo que la investigación se centró en ese momento en conocer su identidad.
Los investigadores conocieron que los autores de esta oleada de robos con fuerza en vehículos eran dos jóvenes, uno de los cuales tenía numerosas reseñas policiales por Delitos contra el Patrimonio, por lo que fue muy complicado poder hacer vigilancias y seguimientos hacia ellos, ya que tomaban muchas medidas de seguridad, trayectos en los que daban mucha vuelta, giros en rotondas, cambios súbitos de sentido, o bruscos cambios de velocidad, frecuentemente atentando incluso contra la seguridad del tráfico.
Para pasar más desapercibidos, los investigados solían vestir con chalecos amarillos reflectantes, propio de trabajadores de construcción u operarios, lo que les facilitaba el pasar inadvertidos mientras cometían los actos delictivos.
Ante la sensación de estar vigilados por la Policía, los jóvenes cesaron temporalmente en su actividad delictiva durante unas semanas. Pero regresaron y de nuevo se interpusieron varias denuncias con el mismo patrón delictivo, franja horaria y localización de los hechos.
Los agentes organizaron un gran dispositivo de seguridad que culminó con la detención de ambos jóvenes en el barrio de Santa Isabel, lugar donde se producían la mayoría de los hechos delictivos que se les imputa, al ser sorprendidos robando en el interior de una furgoneta de manera in fraganti, pudiendo recuperar las herramientas que acababan de robar y que, posteriormente, fueron reconocidas por su legítimo propietario y víctima del robo, a quien fueron entregadas horas después de la detención.
Los investigadores imputan a los dos detenidos un total de 15 robos con fuerza en interior de vehículo, siendo el primero de ellos el pasado 9 de febrero en la Avenida Industria y los tres últimos, a finales de junio, en las calles Marqués de la Cadena, Dieciséis de Julio y Valimaña.
Los detenidos, uno sin antecedentes policiales y el otro que suma más de 35 por hechos similares, pasaron a disposición de la autoridad competente, el Juzgado de Instrucción Doce en funciones de guardia, ayer 4 de julio, decretando su titular libertad con cargos para el primero y prisión para el segundo.