Un equipo de arqueólogos de la Universidad de Zaragoza y de la Universitat Autònoma de Barcelona ha concluido con éxito las excavaciones en el yacimiento de Huerto Raso (Colungo-Asque, Huesca), revelando valiosos hallazgos sobre las comunidades prehistóricas que habitaron el río Vero. El abrigo de Huerto Raso fue descubierto hace más de 50 años por I. Barandiarán, y las investigaciones posteriores, realizadas por el Museo de Huesca y la Universidad de Zaragoza, confirmaron su ocupación en el Neolítico antiguo, hace más de 7000 años. Sin embargo, hasta ahora solo se habían realizado sondeos parciales, siendo esta la primera campaña de excavación extensiva.
La excavación, llevada a cabo durante el mes de julio, ha documentado la presencia estacional de grupos neolíticos y posibles ocupaciones posteriores. Entre los artefactos descubiertos se incluyen herramientas de sílex, cerámica y molinos, así como estructuras habitacionales. También se han recuperado restos óseos de los animales consumidos, destacando numéricamente los cazados frente a los domésticos, y abundantes residuos vegetales. El estudio de estos hallazgos proporcionará una visión detallada de las prácticas cotidianas y de subsistencia de las primeras comunidades agrícolas de la región.
"El yacimiento de Huerto Raso es una ventana al pasado que nos permite entender mejor el desarrollo de las sociedades humanas durante el Neolítico antiguo en el área prepirenaica", explica Alejandro Sierra, investigador de la Universitat Autònoma de Barcelona, quien dirige la excavación junto a Marta Alcolea, investigadora Ramón y Cajal de la Universidad de Zaragoza, adscrita al Instituto Universitario de Investigación en Ciencias Ambientales de Aragón (IUCA) de la misma universidad, ambos investigadores del grupo Primeros Pobladores y Patrimonio Arqueológico del Valle del Ebro (P3A) y Rafael Laborda, investigador independiente. Los descubrimientos realizados son importantes no solo para el ámbito académico, sino que enriquecen también el patrimonio cultural de la región. Destaca su ubicación, en el corazón del Parque Cultural del Vero, y rodeado por más de medio centenar de enclaves con arte rupestre postpaleolítico, declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO.
La campaña ha contado con la colaboración de instituciones locales como el Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara, y el Parque Cultural del Río Vero, así como con la participación de estudiantes voluntarios de las universidades de Zaragoza y Autónoma de Barcelona.
Con la finalización de los trabajos de campo, el equipo se prepara para la fase de análisis de los hallazgos, lo que será crucial para una comprensión más profunda del contexto arqueológico del yacimiento. Estos incluirán, además de los tradicionales estudios de materiales líticos y cerámicos, dataciones de carbono 14 y análisis arqueozoológicos, arqueobotánicos y de residuos en cerámicas y molinos, para entender mejor las estrategias de subsistencia de los habitantes neolíticos. Está previsto, en futuras fases, difundir los resultados entre la población local y presentarlos en conferencias internacionales, además de publicar los resultados en revistas científicas, contribuyendo así al conocimiento global de las sociedades prehistóricas en Europa.