Esta vecina de Benalmádena ha pasado un calvario desde que una negligencia médica le costara la vida de su hijo hace más de diez años. Para poder hacer valer su derecho y luchar porque la Seguridad Social se responsabilizara no dudó en pedir créditos, tarjetas y préstamos, que no ha podido afrontar.
La Asociación de Ayuda al Endeudamiento ha conseguido que el Juzgado de Primera Instancia número 1 de Torremolinos dicte sentencia exonerando el pago de sus deudas al amparo de la conocida como "Ley de la Segunda Oportunidad".
Endeudarse por buscar justicia a toda costa
Hace más de diez años una negligencia médica (está reconocido así en Sentencia) acabó, o al menos, limitó considerablemente la vida del hijo de nuestra protagonista. Para solicitar justicia y que los culpables asumieran la responsabilidad no dudó en promover acciones judiciales contra la Seguridad Social, lo cual conllevó un coste importante.
Habida cuenta de su paupérrima situación, siendo pensionista incapacitada para cualquier trabajo y con ingresos inferiores a los 1.000 euros al mes, tuvo que tirar de créditos y tarjetas.
El caso contra la Seguridad Social sigue abierto y la malagueña se muestra optimista, aunque a día de hoy no le han abonado ninguna indemnización. Esto fue lo que precisamente la obligó a solicitar la Ley de la Segunda Oportunidad.
Su camino hasta la liberación de deudas
Hace aproximadamente tres años se vio obligada a dejar de pagar sus deudas bancarias, comenzando entonces continuas llamadas de recobro y amenazas de embargo. Como comenta Pepe Domínguez, abogado de la Asociación de Ayuda al Endeudamiento, "este acoso suele ser normal y provoca en el asociado una situación de malestar y de estrés imposible de afrontar por sí solo, aunque en este caso, hablamos de una mujer fuerte y a la que poco podían amedrentar ya los acreedores".
Tras explicarle la opción de la Ley de la Segunda Oportunidad, la deudora no dudó y empezó este procedimiento de liberación financiera a principios de 2020.
Solo con empezar el proceso ya obtuvo un respiro económico importante: la paralización de cualquier pago por los préstamos y tarjetas, así como del devengo de intereses. Además, cualquier ejecución o embargo quedaba en suspenso hasta que el caso se resolviera. Otra ventaja que no debe pasar por alto es que cesó considerablemente el acoso de los acreedores, permitiendo una mejora en la salud del asociado.
Una vez iniciado y conseguido lo expuesto, se intentó realizar un acuerdo extrajudicial con todos los acreedores -a pesar de ser un número elevado-, por el cual se proponía pagar una cuantía mensual acorde a los ingresos del deudor. La negativa de los bancos a aceptar tal propuesta impidió que este convenio se materializase.
No obstante, esto se convirtió en la mejor noticia, dado que ya quedaba demostrada la buena fe del interesado y optaba a conseguir la cancelación y perdón de todo lo que debía. Tras este intento de acuerdo, se solicitó al Juzgado de Primera Instancia nº1 de Torremolinos que se exonerara el 100% de las obligaciones pendientes del deudor; lo cual fue aceptado permitiéndole una segunda oportunidad y comenzar de cero sin lastres financieros.