El municipio de Santa Cruz de Tenerife se prepara para acoger la programación de Semana Santa. En estos días, las calles capitalinas albergarán los pasos, cofrades y penitentes que formarán parte de una espléndida estampa de arte, tradición y fe que supone la Semana Santa en la capital. El acto de lectura del pregón, a cargo del periodista Mayar Trujillo, que se celebró esta noche en la iglesia de La Concepción, sirvió como presentación del calendario previsto, que se inicia mañana, Viernes de Dolores, con la procesión de Nuestra Señora de los Dolores, y que concluirá el Domingo de Resurrección, día 31 de marzo.
El alcalde del Ayuntamiento de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez, junto a otros miembros de la corporación local, asistió al acto en el que también estuvieron presentes el obispo de la Diócesis Nivariense, Bernardo Álvarez, y el vicario para Santa Cruz de Tenerife, Juan Manuel Yanes, junto a una representación de todos los sacerdotes de las iglesias chicharreras, y resto de autoridades civiles y militares.
El también director de contenido de COPE Canarias abordó en su pregón la figura de Jesucristo en la actualidad, lo que, para unos y otros, católicos o no, supone. Bajo el título de "¿Quién dice la gente que soy yo? Y tú, ¿quién dices que soy yo?", Mayer Trujillo disertó sobre la presencia en nuestra sociedad de la figura de Cristo resucitado. "¿Tendría sentido que todos los años nos reuniéramos a recordar la pasión y muerte de alguien que fue pero que ya no es? Ninguno", apuntó.
"Que estemos aquí reunidos -continuó- es la mejor prueba de que aquella historia de un hombre fascinante no acabó en la cruz. Porque nosotros lo hemos conocido gracias a que sus apóstoles fueron testigos de la resurrección y tuvieron la fuerza de salir al mundo a contar lo que habían vivido".
El periodista abordó a su vez la figura de la cruz, su significado para los cristianos, su importancia, a pesar de que fue un instrumento de martirio para Jesús, que murió en ella. "Nosotros nos hemos acostumbrado a ver la cruz desde pequeños porque nacimos en un ambiente cristiano. Pero nunca olvidaré qué cara pusieron los refugiados bosnios que acogió mi pueblo natal, Los Silos, a principios de los 90. Cuando vieron al Cristo de la Misericordia salir por la puerta de la Iglesia, se quedaron muy impresionados. Eran niños musulmanes que no habían contemplado nunca una procesión y menos un paso de un hombre clavado en una cruz. Los más pequeños se taparon la cara ante ese horror. Nos dijeron días después que les recordó las peores imágenes de la guerra".
Trujillo concluyó su pregón volviendo a la pregunta de "Y tú, ¿quién dices que soy yo?", para asegurar que son muchas las respuestas a esta única cuestión, pero que podría resumirse en que "Detrás de todo eso que añoras en tu vida, detrás de todo lo que buscas, está Él, porque ha puesto en ti en el fondo de tu ser ese deseo de que lo busques. Y nada puede llenar ese vacío que sientes, excepto Él".