Hoy 5 de junio se conmemora el Día Mundial del Medio Ambiente, una efeméride que tiene lugar cada 5 de junio desde 1972, año en el que fue proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Coincidiendo con el inicio de la Conferencia de Estocolmo, centrada en el medio ambiente, comenzó una tradición que trata de sensibilizar a la sociedad sobre la importancia del cuidado de nuestros ecosistemas, de nuestra naturaleza.
"Celebramos el Día Mundial del medio ambiente, instituido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 72, y que tiene un objetivo que es concienciar a la ciudadanía sobre la protección del medio ambiente y buscar la salud del medio ambiente, porque en definitiva eso es esencial para la salud humana, y para el desarrollo económico y social de nuestro territorio", ha declarado el consejero
Castilla y León, con sus 94.224 kilómetros cuadrados, representa casi el 19 % del territorio español, siendo la comunidad más extensa de España, una de las más amplias de las habitadas en la Unión Europea y con mayor índice de biodiversidad europeo.
Esa gran biodiversidad está motivada por su ubicación, punto de la confluencia entre el mundo atlántico y el mediterráneo, su enorme extensión, su elevada altitud media, su aislamiento del exterior por una imponente barrera montañosa que la enmarca y que favorece el carácter continental del clima pero que, sin embargo, lejos de ser una barrera para la flora y la fauna, ha constituido un refugio para multitud de especies que encuentran aquí su medio óptimo.
Tratando de preservar esta singular riqueza, donde el hombre y su actividad tradicional han jugado un papel fundamental como modelador del paisaje, nace la Red de Espacios Naturales de Castilla y León (REN). Está formada actualmente por 33 espacios protegidos. Sin embargo nació en los albores del siglo XX, pues el 22 de julio de 1918, a caballo entre Asturias y León, se proclamaba uno de los primeros parques nacionales españoles, la Montaña de Covadonga, que incluía parte del valle leonés de Valdeón.
Hoy son dos los Parques Nacionales (Picos de Europa y Sierra de Guadarrama), 2 Parques Regionales (Montaña de Riaño y Mampodre y Sierra de Gredos); 14 Parques Naturales (Montes Obarenes-San Zadornil, Lagunas glaciares de Neila, Sabinares del Arlanza-La Yecla, Hoces del alto Ebro-Rudrón, Babia y Luna, Montaña Palentina, Las Batuecas-Sª de Francia, Arribes del Duero, Hoces del río Duratón, Hoces del río Riaza, Sª norte de Guadarrama, Cañón del río Lobos, Laguna Negra y circos glaciares de Urbión, Lago de Sanabria y sierras Segundera y de Porto); cinco reservas naturales (Valle de Iruelas, Sabinar de Calatañazor, Acebal de Garagüeta, Riberas de Castronuño-Vega del Duero, Lagunas de Villafáfila); ocho monumentos naturales (Monte Santiago, Ojo Guareña, Lago de La Baña, Lago de Truchillas, Las Médulas, La Fuentona, Cascada de Covalagua y Laberinto de Las Tuerces) y dos paisajes protegidos (Las Tuerces y Covalagua), con una superficie total aproximada que se eleva a 814.549 hectáreas.
Pero este repaso por los espacios protegidos de Castilla y León quedaría incompleto si no se hace referencia al trascendental papel que adquiere la Red Natura 2000 en la Comunidad, ya que una parte muy importante del territorio autonómico se integra en la misma. Esta red, establecida en la Directiva Hábitats, ocupa en la actualidad el 26,10 % de la superficie de la Comunidad con una extensión de 2.464.943 hectáreas e incorpora dos figuras de salvaguarda: las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y las Zonas Especiales de Conservación (ZEC). En la actualidad las 70 ZEPA designadas en la autonomía se establecen sobre 2.001.796 hectáreas, (21,2% de la superficie de la Comunidad), mientras que las 120 ZEC acreditadas representan el 20,1 % de nuestro territorio, abarcando 1.896.195 hectáreas.
Pero también es necesario citar, por su papel fundamental en este entramado de la conservación, dos figuras esenciales de la legislación autonómica, englobadas bajo el paraguas de la Red de Zonas Naturales de Interés Especial. Se trata de las zonas húmedas catalogadas como de interés especial. Actualmente configuran el Catálogo Regional de Zonas Húmedas 297 ecosistemas extremadamente frágiles y sensibles a los cambios, tanto de origen natural como antrópico.
En los últimos años soportan serias amenazas y presiones que influyen en su estado de conservación y que desde la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio se está trabajando para revertir, conseguir su restauración y ampliación, con la posible inclusión de 90 nuevas zonas. Es imprescindible reseñar en este punto que Castilla y León tiene declaradas dos zonas RAMSAR: Lagunas de Villafáfila y La Nava de Fuentes.
Junto a las zonas húmedas catalogadas, ha que destacar otra figura de protección: los árboles notables catalogados. Compuesto el Catálogo por 139 ejemplares, desde la Consejería también se está trabajando en su incremento. Todos ellos son ejemplares excepcionales, de incalculable valor e inmensa trascendencia entre la población local.
Y por último, hay que reseñar la declaración de 10 importantes parajes como Reservas de la Biosfera por parte la UNESCO: Alto Bernesga, Argüellos, Babia, Picos de Europa, Ancares Leoneses, Valle de Laciana, Valles de Omaña y Luna, Meseta Transfronteriza Ibérica, Sierras de Béjar y Francia y Real Sitio de San Ildefonso-El Espinar, que con sus 998.240,90 hectáreas son otra parte esencial de esta simbiosis entre el hombre y la naturaleza.
Ante este recorrido se comprueba que Castilla y León aúna una rica variedad de ecosistemas y paisajes, desde las llanuras de Tierra de Campos, pasando por los páramos detríticos de León o los calizos de Valladolid, Palencia…, las penillanuras salmantinas y zamoranas a las cumbres de la magna Cantábrica o de la Central, sin olvidarnos del Sistema Ibérico.
Conscientes de que estos ecosistemas están en peligro, desde bosques hasta tierras de cultivo, ríos y lagos, los espacios naturales de los que depende la existencia de la humanidad están alcanzando un punto de no retorno que es necesario detener, con la adopción de medidas efectivas y urgentes encaminadas a restaurar tierras, detener la desertificación, fortalecer la resiliencia a la sequía, conservando y aumentando nuestros bosques, restaurando nuestras zonas húmedas.
Bajo el lema 'Nuestras tierras. Nuestro futuro', la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio hace un llamamiento a cuidar y proteger el medio natural.