El Ayuntamiento de Zamora y el Obispado han firmado el convenio urbanístico para abrir una nueva calle en la trasera de la catedral, que conectará este monumento con los jardines del Castillo, de tal manera que, a través de esa nueva vía pública, será posible que los ciudadanos puedan rodear el templo y contemplar su fachada sur. La rúbrica llega una vez que el Obispado cuenta ya con el anteproyecto de urbanización del entorno sur de la seo zamorana y el Consistorio ha aprobado una modificación presupuestaria de 400.000 euros para acometer las obras, aunque antes es preceptivo el visto bueno de la Comisión Patrimonio. El plan de mejora fue presentado en el Ayuntamiento por el alcalde, Francisco Guarido, y el gerente ecónomo del Obispado, José Manuel Chillón.
Esta remodelación urbanística lleva un retraso de 24 años, ya que estaba recogida en el Plan Especial del Casco Histórico de 2000, y supondrá habilitar al paso un espacio de 800 metros cuadrados, adoquinado con el mismo pavimento del Palacio Episcopal, y accesible para las personas con movilidad reducida de cara a la exposición de las Edades del Hombre que Zamora acogerá junto con Oporto en 2025.
El alcalde de Zamora insistió en que el proyecto ha sido posible "ahora", gracias al "interés del Ayuntamiento y el Obispado" por dar solución a lo que ya venía contemplado en el Plan Especial el Casco Histórico, y se comprometió a "agilizar" los plazos "todo lo que podamos", teniendo en cuenta que el plazo de ejecución de los trabajos es "breve".
Guarido consideró, además, que la apertura de la nueva vía pública, que pasará a ser de propiedad municipal, supondrá una "visión inédita y espectacular" de la catedral y el castillo, los monumentos más visitados de la capital, al tiempo que calificó el anteproyecto del Obispado como "impecable", que deja una reserva arqueológica en el jardín de la entrada, "por si alguna vez pretendemos excavar más allá de las obras que vamos a hacer ahora". El alcalde explicó que el desnivel existente se salva con un mirador acristalado y la elevación del terreno con la propia piedra del muro que se derriba entre los jardines del Castillo y las antiguas cocheras del Obispado, hoy almacén.
El gerente-ecónomo del Obispado, José Manuel Chillón, se refirió a la firma del convenio urbanístico como "un acto de servicio ciudadano" y una "reivindicación histórica", además de subrayar proyectos como este son "proyectos que no pueden no salir".