La Audiencia Provincial de Palencia ha rechazado el recurso interpuesto por el condenado en primera instancia por matar a una hembra de oso pardo durante una cacería de jabalí en Ventanilla, en el Parque Natural de la Montaña Palentina en noviembre de 2020. La sentencia impone dos años de prisión al autor de los disparos, la pena más elevada hasta la fecha por matar una osa en Castilla y León. WWF pide que se prohíban las cacerías en zonas oseras sensibles para evitar estos casos que se repiten cada año.
La sentencia impone la pena más elevada hasta la fecha por matar a un oso en Castilla y León, condenando al autor a dos años de prisión, cuatro de inhabilitación para la caza y a un pago de 17 505,95 euros en concepto de responsabilidad civil. Sin embargo, también atribuye parte de la responsabilidad a la propia Junta de Castilla y León: "al autorizar, a través de sus funcionarios, una cacería en momento prohibido e inadecuado".
La Audiencia condena al acusado como autor material de un delito contra la fauna por provocar la muerte de una osa que estaba acompañada de, al menos, un osezno que no fue encontrado, pese al operativo de búsqueda desplegado tras la cacería.
Se confirma que "el disparo fue realizado por el acusado a una distancia de unos 40 metros sin extremar las precauciones necesarias, sin emplear el visor que llevaba". Todo ello aunque había sido advertido y era conocedor de que se encontraba en una zona osera. Asimismo no había comprobado ni se había cerciorado con toda la seguridad que es necesaria por el lugar en el que se encontraba, Reserva de Parque Natural con una reducida población osera, y por el tipo de especie o ejemplar al que estaba disparando.
Además, el condenado, según recoge la sentencia, "es residente habitual en la zona, jefe de cuadrilla en ese momento y cazador habitual, habida cuenta de que ocupaba el mejor puesto de todos, que él eligió y en la zona más alta y con mejor visión." Por ello, la Audiencia concluye que existió "dolo eventual" en la conducta del cazador.
"Desde WWF España celebramos que este caso en el que estábamos personados haya acabado con la condena para el culpable. Disparar a una osa, una especie en peligro de extinción, es un delito contra la fauna. Además, el animal se encontraba en un espacio protegido, y tenía una cría, por lo que es aún más grave", según apunta Laura Moreno, Responsable del Programa de Especies de WWF.
Y continúa: "Pedimos a la Junta de Castilla y León que no autorice cacerías en zonas oseras sensibles, ya que este no es un caso aislado, sino que estos incidentes se repiten cada año."
"Esta sentencia pone de manifiesto que los delitos contra la fauna no son delitos menores y que cada vez se persiguen y condenan de forma más contundente. Esperamos que el resultado de esta sentencia, la mayor por matar a una osa en Castilla y León, sirva de precedente para evitar que se vuelvan a cometer este tipo de crímenes.", concluye Moreno.