Hay actuaciones de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en defensa y cumplimiento de las leyes y en orden a la prevención delictiva, que culminan con éxito tras meses y meses de meticulosa investigación, y otras que son fruto de la casualidad, aderezada con imprescindibles dosis de iniciativa y experiencia policial.
Este último caso fue el que dio lugar recientemente a la detención en Burgos de un individuo con numerosos antecedentes policiales. Una dotación de Policía Nacional en vehículo rotulado observó durante su turno de "tarde" cómo este hombre –con una mochila a la espalda-, salía del portal de su domicilio y, con una actitud que despertó las sospechas de los agentes, subió a un taxi emprendiendo la marcha, motivo por el que decidieron ordenar parar al taxista al objeto de identificar al ocupante.
Al percatarse de ello, el posteriormente detenido salió abruptamente del vehículo para huir a la carrera, lo que desencadenó una breve persecución por parte de los agentes, que lograron interceptarle e inmovilizarle.

Durante dicha detención, el hombre se mostró especialmente violento, forcejeando y agrediendo a los Policías, logrando lesionar a dos funcionarios.
Al ser registrado, se localizó en el interior de la mochila que portaba una cantidad de sustancia estupefaciente insospechada. En concreto, en una bolsa plástica intervinieron 919,7 gramos de 'speed'. Y en otra bolsa más pequeña, 4,4 gramos de cocaína.
El arrestado, investigado por los delitos de Tráfico de Drogas y Atentado a Agentes de la Autoridad, atesora 18 antecedentes policiales previos, por delitos principalmente contra la propiedad. Tras su presentación ante el Juzgado de Instrucción en Funciones de Guardia, ha ingresado en prisión preventiva.