La colaboración de la Antigua, Ilustre y Real Cofradía de la Santa Caridad, la cofradía más antigua del mundo fundada en el año 1085, y por lo tanto decana de todas las cofradías y hermandades, con la Pastoral Penitenciaria es un testimonio valioso de la compasión y la solidaridad de los cofrades que pueden ofrecer a aquellos que se encuentran en situaciones de privación de libertad. Un compromiso cofrade cristiano, que refleja los principios fundamentales de la fe, tales como la misericordia, la redención y la búsqueda activa de la justicia social.
Así lo entiende la Cofradía de la Santa Caridad, que en el marco de las actividades de la Pastoral Penitenciaria de la Archidiócesis de Toledo ha hecho entrega de un lote deportivo de fútbol sala y voleibol al Centro Penitenciario Ocaña I. La entrega de esta donación de la Santa Caridad ha sido efectuada por Fernando Redondo Benito, Mayordomo de Finados, que ha estado acompañado por el responsable diocesano de Pastoral Penitenciaria y de la Capellanía del Centro Penitenciario Ocaña I, Jesús Guzmán Pedraza. Una entrega que ha recogido la directora de Ocaña I, Zoraida Estepa Carmona.
Para la Santa Caridad, la pastoral penitenciaria desafía a extender su alcance de la caridad, invitándola a adentrarse en los márgenes de la sociedad, donde a menudo se encuentran aquellos que han cometido errores y se enfrentan a las consecuencias de sus acciones. Este acto de servicio, como la donación de este lote deportivo, así como elementos para el coro que se está creando en Ocaña I, representa una respuesta auténtica al llamamiento cristiano de amar y cuidar al prójimo, sin importar su pasado o situación actual.
Además, en la reunión que han mantenido Fernando Redondo, Jesús Guzmán y Zoraida Estepa, han surgido nuevas propuestas y proyectos en los que la Cofradía de la Santa Caridad se involucrará de manera activa en los próximos meses. De ese modo, la Santa Caridad subraya la importancia de la rehabilitación y la reintegración social como elementos cruciales de la justicia restaurativa.
Fernando Redondo, Mayordomo de Finados de la Cofradía de la Santa Caridad, recuerda que desde sus inicios "la Cofradía de la Santa Caridad siempre ha estado involucrada en la Pastoral Penitenciaria, a la que reconocemos una importancia central de nuestra acción caritativa, porque nos acompaña para llevar el mensaje de esperanza y redención a quienes enfrentan situaciones difíciles". Por ello, Redondo enfatiza que "renovamos nuestro compromiso de trabajo y cooperación con la Pastoral Penitenciaria, y por tanto con el Centro Penitenciario Ocaña I, y ayudaremos para seguir sirviendo a los demás, a cada hombre y mujer, desde nuestro compromiso constante desde el Evangelio".
Cofradías, como la Cofradía de la Santa Caridad, participan en proyectos y programas de apoyo y formación, que contribuyen a la restauración del tejido social, ofreciendo una oportunidad para la transformación y el crecimiento espiritual de todos aquellos que se encuentran en el Centro Penitenciario Ocaña I.
Pero la Cofradía de la Santa Caridad, reforzando su colaboración con el Centro Penitenciario Ocaña I, quiere fomentar la comprensión y la empatía en la sociedad en general. Desde el compromiso con la pastoral penitenciaria, la Santa Caridad sensibilizará a la comunidad sobre las realidades y desafíos que enfrentan las personas privadas de libertad, desafiando prejuicios y estigmas que a menudo rodean a este sector de la población.
En ese sentido, la colaboración de la Santa Caridad en la pastoral penitenciaria y en el Centro Penitenciario Ocaña I hace resonar el mensaje del cristianismo: la capacidad de redención y la posibilidad de un nuevo comienzo, proporcionando un testimonio tangible de la esperanza que pueden encontrar incluso aquellos que han cometido errores graves.
La Cofradía de la Santa Caridad quiere también mostrar que, con su participación en la Pastoral Penitenciaria, se puede llevar la fe a la acción, extendiendo la mano a todos aquellos que más necesitan amor, comprensión y apoyo. Un compromiso que refleja la esencia misma de la enseñanza cristiana y destaca la relevancia continua de la fe en la construcción de una sociedad más compasiva y justa.