Los pueblos dorados recibieron ese nombre porque, para levantar sus casas, muchas personas usaron planchas de pizarra en los techos y cuarcita en las paredes, un material amarillo que brilla con mucha intensidad a la luz del sol.
La arquitectura dorada puede empezar a disfrutarse en Valverde de los Arroyos, una encantadora localidad situada a solo dos horas de Madrid, que forma parte de la prestigiosa lista que escoge los pueblos más bonitos de España. Sus viviendas, construidas con pizarra y piedra, son una gran muestra del ingenio popular que transformó la necesidad en virtud, al usar los elementos que tenían a mano para levantar sus hogares.
Además de estas bellísimas construcciones, la localidad cuenta con una rica historia arquitectónica que aparece reflejada en su exquisita Iglesia de San Ildefonso, levantada en el año 1854.
Por otra parte, el Museo Etnográfico recrea la historia textil de la zona, permitiendo descubrir antiguas herramientas agrícolas y utensilios domésticos que ya no se usan en ningún lugar del mundo.
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Valverde de los Arroyos
Para los amantes de la naturaleza, es obligatorio visitar Despeñalagua, una increíble cascada con un salto natural de 120 metros, situada a solo quince minutos de Valverde de los Arroyos, que, en invierno, se congela completamente, generando un espectáculo que atrae a innumerables turistas.
La ruta de la arquitectura dorada continúa en Almirueta, un pueblo ubicado a 54 kilómetros de Guadalajara que cuenta con dos construcciones imperdibles: la iglesia Asunción de Nuestra Señora, levantada en el siglo XIII; y la Fuente Vieja, erigida en 1794 en honor del rey Carlos IV.
Esta localidad es muy famosa porque allí se celebra el Carnaval de Botargas y Mascaritas, una de las fiestas más tradicionales e importantes de Guadalajara. Este evento se realiza cada sábado de Carnaval y es una de las grandes atracciones de la provincia.
Villares de Jadraques no tiene una fiesta tan colorida como Almiruete, pero, en compensación, ofrece inmensos edificios construidos usando pizarra y gneis, una roca rica en mica que ofrece un aspecto deslumbrante cuando el sol se refleja en ella.
El evento más conocido de este pueblo es la fiesta de los Vaquillones, que se realiza cada sábado de Carnaval, con hombres ataviados con sombreros de paja, capas rojas, máscaras y cuernos de vaca recorriendo las calles para manchar con hollín a los caminantes, mientras hacen sonar sus silbatos.
Sin embargo, en la ruta de los pueblos dorados, el sitio más importante no es Villares de Jadraques, sino Umbralejo: ubicado sobre la sierra de Ayllón, a comienzos de la década del setenta todos sus habitantes abandonaron esta villa, buscando las oportunidades laborales que ofrecían las grandes ciudades; en 1980, el Gobierno decidió revertir esta situación y restauró completamente la localidad, hasta volverla uno de los sitios más atractivos de toda la región.
En la actualidad, las 70 casas recuperadas de la villa reciben visitas de turistas de todo el mundo que quedan fascinados por esas imponentes construcciones hechas de pizarra que fueron abandonadas por sus habitantes originales, pero que, afortunadamente, supieron mantenerse en pie hasta que las autoridades nacionales decidieron traerlas de nuevo a la vida.