El uso intensivo de las tecnologías de la relación, la información y la comunicación (TRIC) en el día a día ha hecho que las violencias machistas que ya se conocían —como el seguimiento y la vigilancia, el control, el acoso, el exhibicionismo sexual, etc.— estén muy presentes en los espacios digitales. A la vez, ha hecho que algunas de estas violencias se hayan intensificado y hayan aparecido nuevas, vinculadas directamente al mundo digital, como la suplantación de la identidad, el cracking o el robo de cuentas, la revelación de datos personales sin consentimiento o los ataques a webs.
Las violencias machistas digitales (VMD) son, pues, un fenómeno emergente y en aumento. Solo el 6% de las mujeres se sienten seguras cuando navegan por Internet y un 85% de las mujeres afirma haber experimentado o presenciado violencias machistas digitales. Las mujeres y las personas LGTBIQ están más expuestas a estas violencias, que tienen impactos negativos graves en la salud de quien las sufre. Además, pueden causar daños reputacionales, pueden condicionar las oportunidades educativas y laborales, y pueden menguar la libertad de expresión y de participación.
¿Cuáles son estas violencias machistas digitales? ¿Cómo se pueden identificar? ¿Cómo se pueden prevenir y qué estrategias hay para combatirlas? La Guía de Prevención y Abordaje de Violencias Machistas Digitales en el Entorno Universitario de la Universitat Politècnica de Catalunya - BarcelonaTech (UPC) quiere contribuir a difundir qué son y como se pueden combatir este tipo de agresiones, en un contexto actual en que la vida diaria es onlife, es decir, en una continuidad online-offline, tiene lugar tanto dentro de como fuera de las pantallas.
El documento también quiere poner el foco en cómo atender las particularidades de usar Internet de una manera cotidiana, un espacio que no es neutro en cuanto a las relaciones de género (y otras intersecciones, como la clase, la orientación sexual, la etnia, etc.), sino que está marcado por los estereotipos, el sexismo y las desigualdades de género.
Según la vicerrectora de Responsabilidad Social e igualdad de la UPC, Josefina Antonijuan, "esta Guía se enmarca dentro de la política de tolerancia cero ante las violencias machistas que toman nuevas formas en la era digital. Es fundamental que la comunidad universitaria esté muy informada y preparada para reconocer estas situaciones y tomar medidas para evitarlas y combatirlas. Además, como universidad del ámbito tecnológico, tenemos la responsabilidad de concienciar a los futuros y las futuras profesionales de la importancia de diseñar, implementar y gestionar plataformas y redes sociales seguras y respetuosas para todo el mundo. Esto permitirá a las mujeres, y a todas las personas usuarias, tener una experiencia en línea libre de violencias."
La Guía se estructura en tres bloques: qué son las VMD, las VMD más extendidas y las estrategias y herramientas para prevenir y responder a estas agresiones.
Qué son las VMD
En el primer bloque de la Guía se informa sobre qué son las VMD: violencias con discursos altamente machistas y por razón de sexo y/o género, violencias sexuales digitales, violencias de alto componente técnico.
Este apartado también incluye qué factores estructurales las motivan y las características de cada una para poder diferenciarlas y combatirlas.
Las VMD más extendidas
En el segundo bloque se detallan las VMD más extendidas: las sexuales, las de control y vigilancia digital y las violencias que sufren las mujeres con relevancia pública (sexpreading, sextorsión, exhibicionismos sexuales o cyberflasching, deepfakes sexuales).
Las estadísticas muestran que entre un 15 y un 30% de mujeres jóvenes reconoce haber sufrido control de las parejas a través del móvil. El control y la vigilancia digital es una de las violencias más perpetradas en el ámbito de las relaciones sexo afectivas, de la pareja y/o de la expareja y también una de las más reconocidas.
Asimismo, en los últimos años, se ha registrado un crecimiento de formas de cibermisoginia en línea. Esto se traduce en el aumento de ataques coordinados contra mujeres con influencia pública en las redes sociales e Internet. Esta subcultura digital masculina y misógina se ha bautizado como manosfera (manoesphere) y se caracteriza por la defensa de los privilegios masculinos en las redes sociales y por la coordinación de insultos, difamaciones y ataques contra feministas y, en general, contra todas las mujeres, por el hecho de serlo. Las violencias digitales más extendidas sobre activistas influyentes son los insultos sexistas y expresiones discriminatorias, las amenazas, el desprestigio y la difamación, la censura y el silenciamiento, y el doxing (revelación de información personal sin consentimiento).
Las violencias machistas digitales generan un efecto de silenciamiento y la retirada de las mujeres de la esfera pública; son una amenaza grave para su libertad de expresión, así como para la igualdad.
Estrategias y herramientas para prevenir y responder
En el tercer bloque de la Guía se exponen algunas estrategias y herramientas para prevenir y responder a estas agresiones, así como recursos útiles. Entre las recomendaciones en caso de ciberacoso, se aconseja documentar los ataques, recopilar evidencia, reportar, silenciar y bloquear, así como crear una red de apoyo de confianza y espacios de cura son algunas de las recomendaciones incluidas.
Para prevenir estas agresiones, se recomienda, entre otras muchas, tener contraseñas fuertes, seguras y diversas, revisar los parámetros de configuración de las cuentas, hacer una buena gestión de las identidades digitales personales y tener control de los parámetros de configuración de la privacidad y seguridad.