El cabo Mora –destinado en el Regimiento de Infantería "Barcelona" nº 63– salía de su casa para ir a trabajar, la mañana del 15 de mayo en la localidad barcelonesa de Badalona. En ese momento, en la acera de enfrente, observó a una vecina gritando, pidiendo auxilio. Al parecer, su marido se había desplomado en plena calle, perdiendo el conocimiento.
El cabo del Ejército de Tierra acudió rápidamente al lugar donde se localizaba el hombre, de aproximadamente 60 años, y procedió a comprobar sus constantes vitales, encontrándolo con pulso muy débil. Ante esta situación, y mientras pedía a otros vecinos que alertaran a los servicios sanitarios, lo colocó en posición lateral de seguridad. Sin embargo, en un determinado momento, se dio cuenta de que, directamente, había perdido el pulso, por lo que inició el procedimiento para una reanimación cardiopulmonar. Así estuvo durante más de cinco minutos hasta la llegada del primer coche patrulla de la policía local, quienes traían un desfibrilador. Posteriormente, acudieron los servicios sanitarios, los cuales se hicieron cargo del hombre y lo trasladaron al hospital.