La Universidad de Barcelona lidera un trabajo que propone utilizar el fármaco conocido como pemafibrato para tratar la enfermedad hepática asociada al trastorno metabólico, la patología del hígado más común en el mundo, que afecta a una de cada cuatro personas. Este medicamento se comercializa desde hace tiempo en Japón para otro uso: mejora los niveles de los lípidos en sangre en pacientes con hiperlipidemia, una alteración muy frecuente en personas diabéticas. Sin embargo, ahora podría ayudar a abordar esta enfermedad grave del hígado, que todavía no tiene ningún tratamiento específico.
La investigación, realizada con modelos animales de laboratorio y publicada en la revista Biomedicine & Pharmacotherapy, la ha llevado a cabo un equipo liderado por el catedrático Juan Carlos Laguna, de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación, el Instituto de Biomedicina de la UB (IBUB) y el Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBEROBN). El trabajo se ha realizado en colaboración con el grupo de investigación de la profesora Conxita Amat, del Departamento Bioquímica y Fisiología de la misma facultad, y el Instituto de Investigación en Nutrición y Seguridad Alimentaria de la Universidad de Barcelona (INSA -UB), con sede en el Campus Torribera de la Alimentación.
Reposicionar fármacos: una nueva vida para los medicamentos
La enfermedad hepática asociada al trastorno metabólico (MASLD, siglas en inglés) es una patología conocida antes como la enfermedad del hígado graso no alcohólico. Es un trastorno de carácter multisistémico, con un origen muy heterogéneo y una evolución diversa que puede degenerar en cirrosis, cáncer de hígado o insuficiencia hepática. No suele presentar una sintomatología clara y las primeras fases pueden durar incluso décadas.
Hoy en día, el pemafibrato se aplica para tratar las alteraciones de los niveles de colesterol y triglicéridos de la sangre (dislipemia). Según el nuevo trabajo, también podría abrir una nueva vía terapéutica para abordar la MASLD en el contexto de reposicionamiento de fármacos, es decir, el uso de medicamentos conocidos y aprobados en la práctica clínica para tratar otras patologías. Esta estrategia permite explotar al máximo las posibilidades terapéuticas de las medicinas y así reducir el tiempo y los costes económicos para poner otra en el mercado para tratar enfermedades sin terapia eficaz.
"La manifestación patológica común de la MASLD es la esteatosis hepática (hígado graso, o SLD, en inglés). Aunque puede revertirse con cambios en el estilo de vida, con dieta y ejercicio, en la práctica es difícil de controlar y no hay fármacos específicos para tratarla. El reposicionamiento de fármacos con buen perfil de seguridad para el uso clínico en otras patologías es un abordaje óptimo para encontrar nuevos tratamientos", detalla el catedrático Juan Carlos Laguna, del Departamento de Farmacología, Toxicología y Química Terapéutica.
En un modelo experimental de SLD en ratas hembras, el pemafibrato evita la aparición de esteatosis hepática, aumenta el catabolismo de ácidos grasos y la eliminación de colesterol en el hígado, y muestra un buen perfil de seguridad. Dado que el estudio preclínico se ha realizado con ejemplares hembras, las conclusiones del trabajo también podrían ayudar a identificar diferencias en la fisiología de enfermedades crónicas en función del sexo y, así, reducir el sesgo de género en investigación biomédica.
"El pemafibrato es un nuevo modulador de la actividad transcripcional del receptor nuclear PPARα (receptor activado por proliferadores peroxisómicos de tipo alfa), por lo que incrementa la oxidación hepática de ácidos grasos, necesarios para la síntesis de triglicéridos y ésteres de colesterol —que se acumulan de forma patológica en el hígado en el SLD— y también para la de ácidos biliares, lo que favorece la eliminación de colesterol del organismo", detalla el investigador.
Estos resultados sugieren que el pemafibrato es un buen candidato para el reposicionamiento terapéutico para tratar al SLD. "Que nos conste, este medicamento no se ha utilizado en el contexto del reposicionamiento farmacológico, al margen de algunos estudios clínicos exploratorios sobre sus efectos en patologías del hígado. Ahora, lo que queremos es estudiar su eficacia y seguridad en modelos experimentales de enfermedad hepática más avanzada, con presencia de inflamación y fibrosis en la esteatohepatitis asociada metabólica (MASH)", concluye el catedrático Laguna.