Los chimpancés son los animales que muestran la memoria más compleja, aparte de la especie humana. Recuerdan dónde y cuándo hay disponibles frutas maduras, y utilizan esta información para decidir qué árboles visitarán e, incluso, dónde dormirán para poder comer estos alimentos a primera hora de la mañana. Sin embargo, todavía no se conocen bien las estrategias cognitivas que utilizan para encontrar otras fuentes de comida que sean de origen animal y no vegetal.
Ahora, expertos de la Universidad de Barcelona y el Instituto Jane Goodall en España han liderado un estudio que describe las habilidades cognitivas desconocidas hasta el momento que despliegan los chimpancés salvajes en África para poder alimentarse de insectos —las hormigas legionarias— que se esconden en madrigueras subterráneas y ocultas de difícil localización. Este es el primer trabajo que describe cómo estos primates se valen de las memorias espacial y similar a la episódica para explorar, encontrar y recordar dónde se encuentran los escondites de las hormigas legionarias, siempre cambiantes.
La investigación revela por primera vez cómo los chimpancés son capaces de afrontar con éxito todo un desafío cognitivo para explotar durante años una fuente de alimentación animal en el medio natural. Los hallazgos, que ha publicado la revista Communications Biology, amplían nuestra comprensión de las estrategias cognitivas en primates no humanos, y aportan nuevos datos para reconstruir la evolución de las capacidades cognitivas a lo largo de la historia del linaje humano.
La investigación la lideran los expertos Andreu Sánchez-Megías y R. Adriana Hernandez-Aguilar, de la Facultad de Psicología de la UB y el Instituto Jane Goodall en España. También participan Laia Dotras, de la misma facultad e instituto; Jordi Galbany, también de Psicología y del Jane Goodall y del Instituto de Neurociencias de la UB (UBneuro); Adrián Arroyo, del Seminario de Estudios e Investigación Prehistóricas (SERP), el Instituto de Arqueología de la UB (IAUB) y el Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES-CERCA), y Carlota F. Galán, Nadia Mirghani, Manuel Llana y Justinn Renelies-Hamilton, del Instituto Jane Goodall en España.
Recuerdos durante años de la madriguera donde se esconde la marabunta
Las hormigas legionarias (Dorylus spp.), conocidas también como la temible marabunta, forman las mayores colonias de insectos sociales de todo el mundo. Estos insectos himenópteros son ricos en proteínas y minerales —nutrientes clave para los chimpancés—, pero son muy difíciles de encontrar porque excavan madrigueras subterráneas que se esconden bajo las rocas, las raíces y la vegetación caída y, además, se desplazan de forma imprevisible.
En el marco del trabajo, de 2018 a 2022 el equipo analizó un total de 679 visitas de chimpancés a cuatro nidos de hormigas legionarias en la Reserva Natural Comunitaria de Dindefelo (RNCD), un hábitat de sabana en el sureste de Senegal.
Andreu Sánchez-Megías, estudiante de doctorado y primer autor del artículo, detalla que "en el estudio exploramos si los chimpancés vuelven intencionadamente a las madrigueras, estudiamos cómo detectan las hormigas y evaluamos la disponibilidad de estos insectos y en qué medida los chimpancés los consumen. Las madrigueras se encuentran ocultas, son escasas y se reocupan de forma intermitente, y, para los chimpancés, recordar su ubicación exacta es una buena estrategia alimentaria. Estas cavidades son abandonadas y reocupadas a intervalos irregulares, y este componente clave del comportamiento de las hormigas permite que los chimpancés visiten repetidamente los mismos nidos para nutrirse de estos insectos".
Vista, olfato, gusto y tacto
Todo indica que los simios recordaban visitas anteriores a las madrigueras de hormigas y modificaban su comportamiento en función de si habían encontrado los insectos o no en visitas previas. Las conclusiones indican que los chimpancés utilizan la memoria espacial para recordar la ubicación exacta de las madrigueras de hormigas ocultas, y la memoria similar a la episódica para recordar si las encontraron en visitas anteriores a las mismas madrigueras.
La memoria similar a la episódica es la habilidad de recordar dónde, cuándo y qué ocurrió en experiencias pasadas, y se llama así en referencia a la memoria episódica de los humanos, que consiste en dichas habilidades sumadas a la capacidad de verbalizar los recuerdos. Puesto que los animales no humanos no pueden comunicarnos de manera explícita lo que recuerdan, esta habilidad equivalente a la memoria episódica humana se llama memoria similar a la episódica.
Además, cabe destacar que este es el primer estudio en la bibliografía científica que describe cómo los chimpancés utilizan cuatro sentidos (vista, olfato, gusto y tacto) para inspeccionar madrigueras vacías y detectar si hay hormigas en su interior.
Importancia para la conservación y para entender la evolución humana
La profesora R. Adriana Hernandez-Aguilar, investigadora del Plan Serra Húnter, subraya que "es importante remarcar que el estudio de la cognición de los chimpancés en un contexto ecológicamente relevante —como la sabana donde se ha llevado a cabo la investigación— contribuye a entender mejor la evolución de las capacidades cognitivas humanas, ya que los primeros homininos habitaron paisajes igualmente cálidos, secos y abiertos".
Además, "los chimpancés son una especie en peligro de extinción, y aprender más sobre las estrategias que utilizan para obtener alimentos importantes en la naturaleza nos ayuda a conservarlos", concluyen los investigadores.