La Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) de la Policía Nacional de Melilla, concretamente el Grupo dedicado a combatir el pequeño tráfico de estupefacientes, en el marco de la operación "Albert", ha desarticulado un punto de venta de cocaína en la zona del Rastro antiguo. Como resultado de la operación ha sido detenido el cabecilla de un clan familiar conocido por dedicarse al tráfico de drogas, quien controlaba y explotaba un punto de venta al menudeo de cocaína desde la propia vivienda familiar.
Inicio de la investigación
El pasado mes de noviembre agentes de la UDYCO se hicieron eco de las quejas ciudadanas que aludían a un continuo trasiego de compradores y consumidores de droga por una calle concreta de la zona del Rastro. Ante la gravedad de la situación, se inició una investifgación en la que se llevaron a cabo dispositivos de vigilancia durante varios días, constatando que la venta era continua, llegando a formarse colas de espera por parte de los consumidores para la compra de sus dosis, que dependiendo del peso de las mismas podían conseguirse por cinco, diez y veinte euros, precios asequibles que facilitaba el consumo a las personas con menos recursos.
Modus operandi
La venta de la sustancia estupefaciente se llevaba a cabo siempre por el detenido en la puerta del domicilio familiar que contaba con dos cámaras de videovigilancia que cubrían el exterior.

La citada operación concluyó con la detención del cabecilla del clan familiar, una persona muy conocida en la zona, a quien no le importaba en absoluto que por la misma acera donde realizaba la venta de drogas pasaran andando los vecinos del barrio, con frecuencia menores de edad. En el registro de la vivienda familiar usada como punto de venta se incautó: 6 dosis de cocaína mezclada, ya preparadas para su venta y diferentes trozos de la misma sustancia solidificada con un peso total de cincuenta gramos (susceptibles de transformarse en otras 350 dosis individuales), una caja de pastillas pertenecientes al grupo de medicamentos denominados antipsicóticos, usados por el vendedor para añadir y mezclar con la cocaína, haciendo la mercancía más barata por unidad de peso y más peligrosa, si cabe, para los consumidores, así como también se intervinieron una balanza de precisión, dos hornillos para realizar la mezcla (uno eléctrico y otro de gas), dos cámaras de videovigilancia y 340 euros fraccionados en billetes de cinco, diez y veinte euros.
El detenido de 33 años de edad, de nacionalidad española y con 23 detenciones anteriores fue puesto a disposición del Juzgado de Instrución n.º 3 de los de Melilla, autoridad judicial que decretó su ingreso en prisión.