Ana Mª Marín muestra lo femenino más allá de la expresión de la belleza en 15 esculturas, que se pueden ver y tocar en el Museo Tiflológico de la Córdoba, calle La Coruña, 18 (Madrid), hasta el 13 de enero de 2024, en horario de martes a viernes, de 10:00 a 15:00 y de 16:00 a 19:00; sábados, de 10:00 a 14:00, cerrado domingos y festivos.
Ángel Luis Gómez, director de Promoción Sociocultural, Artística y Deportiva de la ONCE, Imelda Fernández, consejera general de la ONCE, Fran Maldonado, coordinador del Museo Tiflológico, la propia Ana Mª Marín y Mireia Rodríguez, técnica del Museo Tiflológico inauguraron la exposición en la tarde de ayer.
"Exponer en el Museo Tiflológico es un lujo, me hace una ilusión especial, porque desde hace 20 años, como escultora, me he especializado en hacer interpretación del patrimonio táctil, hago maquetas táctiles. Y en esta exposición presento mi obra personal", señalaba Ana Mª Marín durante la inauguración. Para la escultora, quienes vean y toquen su obra "van a encontrar mi proceso personal, mi búsqueda más íntima, porque me expongo, en el más amplio sentido de la frase".
"Protagoniza la exposición lo femenino porque encontré las venus, la parte más antropológica de nuestra historia y la simbología de la mujer grávida que es el símbolo de la fertilidad", así resumía Ana Mª Marín la obra que expone en el Tiflológico.
Imelda Fernández comentó las características del Tiflológico, "que es un referente para otros museos, porque la cultura es importantísima. Lo que quieren transmitir los artistas lo disfrutamos unos con la vista otros con las manos, pero lo importante es que el arte es para todos".
Ana Mª Marín, nacida en Barcelona, afirma que indagar en la escultura ha sido una manera natural de vivir. Comienza modelando con arcilla y es en la escuela de arte donde descubre el cuerpo femenino como materia de estudio. En un principio sus esculturas eran figuras femeninas en las que encontraba expresiones de armonía, emociones de intimidad, deseos de recogimiento o expresiones de la naturaleza.
Profundiza hasta que descubre las venus prehistóricas, con las que comprende que lo femenino va mucho más allá de la expresión de belleza. Esta conclusión le lleva a crear esculturas que tratan de expresar el sentido íntimo de la vida. Las venus se convierten en lo que la escultora denomina 'Mater-Ágora', símbolo de creación y concordia, que evocan a la madre naturaleza que nos acoge en su seno.
La exposición está dividida en tres áreas. 'Ámbito I, Eva. La feminidad simbólica', que se enmarca en un lenguaje figurativo, con formas realistas, con las que busca expresar la feminidad mostrando emociones de intimidad, recogimiento, armonía y creación.
'Ámbito II, Venus. La diosa representada', se cambia al lenguaje abstracto. Las obras dejan de tener un nombre propio y se enmarcan en series de búsqueda, de introspección. Es el camino que lleva a la memoria primordial: el conjunto de venus del período Magdaleniense, situado 12.000 años a.C.
Finalmente, 'Ámbito III, Mater Ágora. El espacio que muestra caminos de Paz', en el que la forma se libera y se convierte en un receptáculo capaz de acoger conceptos como la accesibilidad y la inclusión. Los conceptos son acogidos en los diferentes huecos-refugio, ofrecidos por la serie Mater-Ágora, cuya pieza central fue pensada para poder hacerse a gran escala.
Ana Mª Marín ha mostrado su obra en diversas exposiciones, como la del Museo de la Inmigración de Cataluña, Barcelona (2014); la Sala de Exposiciones de Caja Madrid (1990), ambas individuales.
Entre las exposiciones colectivas destacan la de la Universidad de Arte Maria Curie, Lublin, Polonia (2022); las del Instituto Cervantes de Bordeaux, Francia, y la Bienal de Valencia, 'Antes Durante Después de la pandemia' (ambas de 2021); Galería de Arte La Zubia, Granada (2013); Galería L´Etang d´Art. Bagés, Francia (2000), entre otras muchas.