Existen tres palacios madrileños que tienen un gran valor artístico y arquitectónico, pero, por algún motivo, no son lo suficientemente reconocidos ni siquiera por los especialistas en el tema, por eso queremos ofrecerte la oportunidad de conocer los secretos y bellezas de tres construcciones emblemáticas de Madrid que resulta imprescindible visitar, por lo menos, una vez en la vida.
Palacio del Infante Don Luis
(Av. de Adolfo Suárez, 27)
La impactante fachada rosada de esta majestuosa e imponente construcción apareció en innumerables escenas de la popular serie "La cocinera de Castamar", pero poca gente conoce su historia, comenzando por un hecho esencial: fue diseñada y levantada en 1765 por Ventura Rodríguez, uno de los arquitectos más importantes del siglo XVIII, quien logró una obra de estilo neoclásico combinando dos elementos tan simples como el ladrillo rojo y la piedra. La construcción tuvo una vida muy agitada: por sus pasillos paseó el mismísimo Goya; fue hospital de sangre y cuartel militar al mando del General Varela durante la guerra civil (1936-9); y en los años cuarenta se convirtió en una escuela para niñas. Finalmente, en 1998, el Ayuntamiento de Boadilla del Monte compró el edificio y comenzó las refacciones para devolverle todo su brillo original. Uno de sus rasgos más destacados son sus deslumbrantes jardines, que se extienden al pie de la fachada meridional del palacio; y su capilla, donde se encuentran los panteones de María Teresa de Borbón y Vallabriga, XV condesa de Chinchón, segunda hija de Luis Antonio de Borbón y esposa de Manuel Godoy; y de María Luisa de Borbón y Vallabriga, duquesa consorte de San Fernando de Quiroga.

Fachada del Palacio Longoria
Palacio de Longoria
(esq, Fernando VI, C. de Pelayo, 73, 28004)
Este emblemático edificio, sede de la Sociedad General de Autores (SGAE), fue construido entre 1902 y 1904 por el prestigioso arquitecto José Grases Riera sobre un solar en esquina de forma cuadrada, con una estructura en L. Uno de sus rasgos más destacados es que se trata de uno de los pocos edificios de estilo modernista de Madrid. Su exterior tiene una impactante ornamentación, hecha de piedra artificial, sobre la que se crearon atrevidas formas vegetales y orgánicas. Alicia Platas, autora del libro "Paseos por el Madrid modernista", escribió al respecto: "En la fachada se entremezclan los perfiles curvos y relieves vegetales, flores y rostros femeninos". Además, el palacio cuenta con un deslumbrante torreón circular coronado con una cúpula de hierro y vidrio. En el interior, una impresionante escalera imperial, con formal circular, inspirada en la arquitectura modernista francesa, señala el gusto exquisito de Grases Riera, que le prestó atención a cada detalle, con el objetivo de sorprender y encantar a los visitantes.
Palacio de Fernán Núñez
(C. de Sta. Isabel, 44)
Esta maravilla arquitectónica se esconde en pleno centro de Madrid, muy cerca de la estación de Atocha. Construida en 1847, fue un importante centro cultural y social durante años, gracias a las reuniones organizadas allí por la duquesa de Fernán Núñez, una de las figuras más importantes, influyentes y temidas de la aristocracia española; paradójicamente, décadas después, durante la guerra civil (1936-9), en sus puertas se instaló una trinchera durante el asedio a Madrid y, posteriormente, sirvió de sede para las Juventudes Socialistas. Actualmente pertenece a la Fundación de los Ferrocarriles Españoles que, además de usar el palacio como sede, lo abre al público en visitas guiadas que permiten admirar su gran estado de conservación, con mobiliario, lámparas y elementos decorativos originales. La distribución del edificio se divide en dos áreas bien diferenciadas: la de servicio, que antiguamente incluía caballerizas y espacios para el personal de maestranza; y la noble, donde se encuentran el Salón Rojo, el Salón Isabelino y el Salón de Baile, que incluye inmensos espejos y fue el escenario donde se rodaron escenas fundamentales de ficciones tan importantes, populares y celebradas por la crítica como "El ministerio del tiempo", "Las chicas del cable" y "El maestro de esgrima".