Mañana viernes, a las 20.45 horas, tendrá lugar en Pamplona el traslado de La Dolorosa desde la iglesia de San Lorenzo hasta la Catedral. Cofrades de la Hermandad de la Paz y la Caridad serán los encargados de portar el paso a través de la calle Mayor, San Saturnino, Plaza Consistorial, Mercaderes y Curia hasta llegar al templo de la zona alta de la Navarrería. Tanto la imagen y sus ropajes, como sus andas procesionales y el resto de elementos del paso son bienes patrimoniales del Consistorio. La Dolorosa es el paso más antiguo de la ciudad y el único de propiedad municipal.
Una vez en la catedral la imagen quedará expuesta al público hasta el 29 de marzo. Ese día, Viernes Santo, el paso se sumará, a las 19.30 horas, a la comitiva de la procesión conocida como 'Santo Entierro'. Al término de este rito la imagen retornará a la Iglesia de San Lorenzo, el templo que alberga la imagen de Nuestra Señora de la Soledad durante el resto del año. En caso de que la procesión se suspenda por motivos de lluvia, se realizará un vía crucis en el interior de la catedral y el paso adelantará su salida hacia San Lorenzo a las 20.30 horas y la imagen estará cubierta con su manto de goretex.
Este año el paso, compuesto por la imagen, las andas, y las torretas de velas, se trasladará con algunas tulipas menos. La composición de velas y tulipas fue diseñada por Víctor Eusa (1894-1990) en 1951. Tras años desmontadas, en 2000 se recuperaron las cuatro torretas de las esquinas del paso, y en 2016 se tuvieron que retirar porque presentaban problemas de estabilidad en el anclaje. Recuperadas en 2022, tras la pandemia, se detectó que una de ellas seguía estando inestable por lo que se ha tomado la decisión de desmontar algunas de las tulipas preventivamente.
Patrimonio de la ciudad
La Dolorosa es la imagen más antigua de entre los pasos de la Semana Santa pamplonesa y el único de propiedad municipal. El proceso comenzó al hilo del legado testamentario de 10.000 reales de Sofía Villanueva Armendáriz, pamplonesa residente en Tolosa, que tenía como destino un nuevo manto para La Dolorosa de la iglesia de San Agustín. Esa previsión movió al Ayuntamiento a renovar por completo la imagen, que se le encargó a Rosendo Nobas i Ballbé (Barcelona, 1838-1891), un escultor catalán especializado en imágenes religiosas, retratos y escultura funeraria.
Nuestra Señora de la Soledad es una imagen que tiene talladas cara, manos, tronco y extremidades, aunque esto último no puede verse al encontrarse bajo el manto; todas sus partes son obra del mismo autor, pese a que las piezas se realizaron por separado. En 1883 el Ayuntamiento pagó por ella 200 pesetas, más otras 48 pesetas en concepto de embalaje y transporte desde el taller del escultor.
El manto original de la figura pertenecía a la casa Roca y Casadevall y costó 9.600 reales. Ese atavío fue sustituido en 1958, aunque los actuales ropajes son obra de las Madres Adoratrices de Pamplona y fueron parcialmente sufragados por suscripción popular. Para salvaguardar telas y bordados y evitar el deterioro del manto, en 2002 se fabricó un impermeable de goretex que cubre la imagen en caso de lluvia, un accesorio que mantienen las Madres Recoletas. Las andas de la imagen también son diseño de Víctor Eusa, en 1927.
La imagen tiene una altura de 166 cm y pesa casi una tonelada (980 kilos), aunque el paso llega hasta las 1,2 toneladas cuando La Dolorosa se mueve acompañada por las luminarias (torretas). Según consta en los archivos, la imagen ha sido restaurada en cuatro ocasiones: 1973, 1990, 2000 y 2020. En este último año el Consistorio realizó una restauración integral de la talla con la empresa especializada Artres Restauración en la que se limpiaron las partes talladas y se realizó la reintegración volumétrica y cromática de una fina grieta en el rostro y de otras pérdidas de soporte y policromía.