Este sábado se llevó a cabo una visita interpretativa al río Elorz dentro de las actividades de sensibilización que el Ayuntamiento de Pamplona organizada dentro del proyecto RUNA 2025, financiado con fondos europeos. Este proyecto apuesta por la renaturalización y la protección de la biodiversidad en los entornos fluviales de Pamplona mediante la ejecución de diferentes acciones. En concreto, esta visita se enmarca en la acción B16 de mejora y control de la calidad del agua.
El río Elorz es, quizá, el más desconocido de la ciudad. Marca la linde del término municipal de Pamplona por el sur y fluye por el barrio de Etxabakoitz. Su forma sinuosa y sus orillas escalonadas han permitido que sea un gran corredor biológico entre el Valle de Elorz y Pamplona, acrecentado por las últimas actuaciones realizadas. El biólogo Gabi Berasategui ha guiado una visita en la que ha explicado los trabajos que se están realizando para la medición de la calidad del agua en los tres ríos que tiene Pamplona y en la que han podido descubrir la flora y la fauna que habita en un entorno fluvial como el del Elorz, donde los animales tienen una mayor intimidad al ser una zona menos transitada y más agreste.

Esta actividad forma parte de las acciones que se están desarrollando dentro del proyecto RUNA 2025, que ha obtenido 2,7 millones de euros en la convocatoria de ayudas de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, financiado por la Unión Europea y los fondos Next Generation EU.
Eliminación de azudes
Durante el pasado año, y dentro también de las acciones del proyecto Runa 2025, se procedió a la eliminación de tres azudes y de los restos de otras estructuras presentes en el cauce del río Elorz a su paso por Pamplona. Con esa actuación, se naturaliza el río, recuperando su morfología original, y se mejora la conectividad longitudinal de la fauna piscícola a lo largo del cauce. Se ha aprovechado la intervención para plantar diferentes especies arbustivas y de arbolado que regeneren la zona y la hagan más atractiva medioambientalmente.
En el tramo entre el puente de la avenida de Aróstegui y el final del término municipal, en la linde con Zizur Mayor, existían dos pequeños azudes y los restos de un tercero, que desde hacía muchos años carecían de funcionalidad. En su día, se construyeron para facilitar el desvío de agua para riego y otros usos. En los trabajos llevados a cabo a finales del año pasado, se retiraron también los restos de dos pasarelas de hormigón derruidas en las inmediaciones del Grupo Urdánoz.