Llíria se ha unido hoy a la celebración del 125 aniversario del fallecimiento de santa Teresa de Jesús Jornet, fundadora de la congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados que murió el 26 de agosto de 1897 en la casa-hogar que las religiosas rigen esta ciudad valenciana.
Con motivo de este aniversario, que se celebra el día de la festividad litúrgica de la fundadora, la iglesia de Nuestra Señora del Remedio y Santísima Trinidad de Llíria ha acogido esta mañana una misa solemne presidida por Vicente Cerezo, párroco de la Asunción de Nuestra Señora de Llíria, y concelebrada por los párrocos de la localidad, Rafael Fernández (San Francisco de Asís) y Joaquín Sarrión (María, Madre de la Iglesia), acompañados de sacerdotes hijos de la localidad.
La celebración "ha sido muy emotiva, es un día muy importante para nuestra congregación y para la ciudad de Llíria", destacan desde la comunidad de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados de Llíria.
La misa, celebrada en la iglesia ubicada junto al asilo que las Hermanitas rigen en Llíria, ha finalizado con la bendición impartida con la reliquia de la fundadora. Posteriormente, en una capilla lateral ha tenido lugar una oración final y los sacerdotes, junto con la comunidad de religiosas, han rezado en la habitación donde santa Teresa de Jesús Jornet (Aitona -Lleida-,1843 - Llíria -Valencia-,1897) falleció hace 125 años.
En la celebración del 125 aniversario ha tomado parte el alcalde de Llíria, JoanMa Miguel, y miembros de la corporación municipal, junto con las juntas directivas de las Cofradías de la ciudad, junta de la Orden Franciscana Seglar y gran número de fieles del municipio.
Santa Teresa de Jesús Jornet fundó en 1873 la congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados en Barbastro (Huesca), cuando tenía 30 años, junto con el sacerdote Saturnino López Novoa. A los pocos meses abrió el primer asilo de la congregación en Valencia, en la Plaza de la Almoina, en mayo de 1873.
Falleció el 26 de agosto de 1897 y fue canonizada el 27 de enero de 1974 por el papa Pablo VI quien también la proclamó patrona de la ancianidad en España en 1977, título que posee en doce países iberoamericanos.