La historia de la 'Madonna di Spagna' es ciertamente curiosa. Se trata de una talla del siglo XV que llegó por mar a la costa de Cerdeña. Allí, desde el año 1937, se venera en una de las capillas de la iglesia de Santa Sofía de San Vero Milis, una pequeña localidad de la provincia de Oristán, en Cerdeña, pero su origen es desconocido.
Siguiendo el curso de las mareas, se cree que llegó desde alguna población de la costa mediterránea arrojada al agua por alguien que quiso salvarla de las llamas durante los numerosos saqueos que sufrieron las iglesias durante la persecución religiosa de 1936.
Hace unas semanas, el sacerdote sardo Ignazio Serra, a su paso por la diócesis de Valencia, ha realizado una petición -abierta a cuantos puedan colaborar- para descubrir cuál es el verdadero origen de esta imagen.
La talla, que en su día debió de ser policromada, ha perdido todo rastro de pintura. No hay estofados ni adornos y se muestra con evidentes signos de quemaduras en la zona del vientre. A la Virgen, que recuerda una 'Virgen de la Leche', le falta uno de sus brazos y al niño, que sostiene amorosamente entre sus brazos, una pierna. La finura de sus rasgos habla de un trabajo delicado y una ejecución exquisita.
A la Virgen, el pueblo de San Vero Milis la llama la 'Madonna di Spagna' porque sus lugareños creen que su origen puede ser España y, en concreto, la costa mediterránea. Por ello, el sacerdote Ignazio Serra explica que están tratando de saber cuál es el verdadero origen de la talla y "creemos que podría ser de algún pueblo costero de la diócesis".
Quizás podría haber sido transportada por algún barco que hubiese naufragado en la zona, pero el sacerdote asegura que en general, las estatuas encontradas en el mar son los mascarones de proa del barco u otros elementos decorativos que, caídos del barco o tras un naufragio son llevados a tierra, a veces en estado ruinoso. Y este caso es diferente, "tanto por la singular quemadura en el centro de la estatua como por la alta factura de la misma", explica.
Talla encontrada por un pastor en 1937 en la costa oeste de Cerdeña
La talla de la 'Madonna di Spagna' llegó un 26 de marzo de 1937 a la costa oeste de Cerdeña, donde fue encontrada por el pastor, Daniele Zou, medio sumergida en la arena.
El pastor, con ayuda de un compañero, trasladó la talla hasta Sa Chea Istallanu, donde se encontraba su cabaña. Allí le construyó un altar y cada día le ponía flores.
Al poco tiempo, la hija de los patronos del pastor enfermó gravemente, a causa de una doble bronconeumonía. Afortunadamente sanó y su curación se atribuyó a la 'Madonna'. Aquella noticia corrió como la pólvora y llegó hasta San Vero Milis que "hizo suya" a la 'Madonna'. Desde entonces se venera en Santa Sofía.
Llegada desde España
Tal y como nos comenta Serra, ahora tratan de averiguar la parte de la historia que se desconoce. "Conociendo la naturaleza de las mareas, la imagen llegó hasta Sa Praja Manna procedente de la costa española. En un primer momento viajamos a Menorca, en busca de alguna pista sobre el origen de la talla", indica. Su investigación se centró en Fornells, el pueblo más cercano a la isla italiana, "pero en Menorca no se encontró ninguna documentación sobre una talla de madera de estas características".
"Durante la Guerra civil española, los religiosos sufrieron la persecución y las iglesias fueron asaltadas. Los altares, las imágenes sagradas, las estatuas y el mobiliario solían ser destruidos o incendiados y evidentemente, y tal como se encontró, esta Virgen con el niño también fue quemada. Alguien la debió rescatar del fuego y huir con ella y para salvarla fue arrojada al mar. Por ello pensamos que tiene que pertenecer a alguna parroquia o capilla muy cercana a la playa".
Bien es cierto que a pesar de tener la hipótesis de cómo pudo llegar hasta Cerdeña, no fue posible, ni siquiera con investigaciones posteriores, encontrar testigos del hecho.
Así es como el sacerdote Ignazio Serra pide ahora la colaboración de todos los que puedan para tratar de descubrir la historia de una Virgen rescatada de las llamas y lanzada al mar al inicio de la Guerra Civil, y que, llevada por las corrientes marinas, encontró refugio en la cabaña de un pastor de la isla de Cerdeña.