Después de varios años de guerra y conflictos, y un genocidio- ocurrido en la década de los noventa del pasado siglo- en Rwanda hoy se respira paz. La Iglesia católica ha jugado un papel clave en el proceso de pacificación de los pueblos- con su labor caritativa y evangelizadora- y ha llegado, incluso, a reconciliar familias enteras en las que han convivido víctimas con verdugos.
Así lo explica el ecónomo diocesano de Ruhengeri (Rwanda), el sacerdote Jean-Claude Twizeyumukiza, en su reciente visita a Valencia. En la actualidad, en este país "siguen las heridas pero la convivencia es muy pacífica y estamos intentando salir adelante. Hoy por hoy, no hay conflictos abiertos".
Recordando la historia de Rwanda, el ecónomo se detiene en los años 1990 y 1994, cuando el país conoció un momento muy difícil, una guerra que llegó a ser un genocidio, pero a partir de esa fecha, "somos testigos de un proceso de reconciliación a nivel nacional y la Iglesia está jugando un papel muy importante sobre todo a nivel de la caridad".
"Las guerras destruyen las vidas humanas y también todo lo que es el entorno social, hay mucha miseria, por eso, a nivel de Cáritas se ha hecho un trabajo fundamental y, también, a nivel de la evangelización", afirma.
"Poder volver a unir y reconciliar a las familias es algo que ha costado mucho pero se está consiguiendo poco a poco", según afirma el ecónomo ruandés que, después de ver tan de cerca el sufrimiento, asegura que "tenemos que volver a ver al otro no como mi enemigo sino como mi hermano".
En épocas pasadas de guerra, "se sentía vergüenza de vivir en un país donde no cabía la convivencia, pero ahora la gente está volviendo a recuperar el orgullo de ser ruandés. Hay que volver a mostrar al mundo que también nos hemos equivocado pero podemos dar un salto adelante y volver a considerarnos hermanos y salir adelante juntos", explica.
Construyen iglesias para "acercar el Evangelio" a poblados alejados, como dice el Papa "Iglesia en salida"
La diócesis africana de Ruhengeri -en la parte norte de Rwanda- lleva en marcha un gran proyecto desde 2012: la construcción de capillas, iglesias y presbiterios en zonas y poblados dispersos para acercar el Evangelio. Hasta ahora, han levantado 5 parroquias, y la idea -de aquí a 2025- es construir otras cinco parroquias más. Es una extensión de territorio grande, muy montañosa, con acceso difícil por carretera, donde los feligreses tienen que caminar más de 6 horas para poder acudir a las celebraciones.
Por eso, "el proyecto es aproximarse a la gente y facilitarles un lugar donde reunirse, donde rezar , donde ser escuchados, pero también dotarlos de escuelas y de actividades caritativas y facilitar el desarrollo integral de la persona, porque donde llega la Iglesia en África, llega el desarrollo de los pueblos", añade.
"Queremos que el pueblo sienta que la Iglesia no es una realidad lejana sino que va su encuentro como bien nos dice el Papa Francisco, "ser Iglesia en salida".
Por eso, en su reciente visita a Valencia, el ecónomo diocesano solicita colaboración valenciana. Ha presentado a la fundación Ad Gentes del Arzobispado un proyecto para construir una de estas iglesias y un presbiterio, y disponer de algún medio de transporte, por un valor de 30.000 euros.
El proyecto en su conjunto- de 150.000 euros- consiste en buscar infraestructuras y medios de transporte para facilitar la participación de las comunidades católicas, una ayuda que beneficiaría a más de 400.000 feligreses.
"Rwanda es un país que conoce muy bien la cooperación con España y su generosidad, además hemos tenido muchos misioneros españoles", destaca el misionero.
El ecónomo Jean-Claude Twizeyumukiza, en su visita a Valencia, ha estado acompañado por el misionero de los Sagrados Corazones de Jesús y María, el también ruandés Dominique Tuyisnege, que actualmente ejerce su misión como párroco en la parroquia San Pedro Pascual de Valencia, desde donde también colaboran con Rwanda.
Diócesis "muy rica en vocaciones pero faltan medios para llevar adelante la evangelización"
Según afirma Dominique Tuyisenge, se trata de una diócesis muy rica en vocaciones a la vida consagrada y vocaciones sacerdotales pero faltan los medios necesarios para poder llevar adelante la misión de evangelización.
En Rwanda, el catolicismo, según las últimas estadísticas- se sitúa en torno al 43% de la población,- la diócesis cubre la superficie de un millón de habitantes de los cuales 390.000 son fieles católicos bautizados. Antes el porcentaje "era incluso mayor, pero están en auge nuevas confesiones y sectas". También los fieles católicos conviven con musulmanes, el ambiente "es muy pacífico".
Además, se trata de una población muy joven, -muchos habitantes y familias desaparecieron por la guerra,- y ahora hay una explosión demográfica. Pero tienen pocas posibilidades para salir adelante, hay muchos huérfanos y viudas, y la tasa de paro es muy alta. Por eso, la Iglesia les ayuda también en su proceso de educación y construye escuelas profesionales, para que puedan tener un futuro mejor. "Si no se atiende a esos jóvenes pueden optar por caminos que no convienen. Por eso, la Iglesia apuesta por la educación y la evangelización".
El ecónomo diocesano de Ruhengeri, el sacerdote Jean-Claude Twizeyumukiza, agradece la acogida y hospitalidad de la diócesis de Valencia con la que la diócesis de Ruhengeri está dispuesta a colaborar también enviando sacerdotes o acogiendo sacerdotes para que tengan esa experiencia misionera.
Desde la parroquia de San Pedro Pascual, donde Dominique Tuyisenge ejerce de párroco, y que lleva junto a la parroquia de María Medianera, colaboran con Rwanda, a través de la Fundación Concordia. "Estamos trabajando mucho en Rwanda, hemos construido escuelas con la ayuda de algunos misioneros como el valenciano ya fallecido Agustín Martí, y es una diócesis que ha contado con la ayuda de muchos misioneros españoles".