El Hospital Clínico Universitario de València ha participado en un ensayo que demuestra que la incorporación de la inmunoterapia en el tratamiento contra el cáncer de cérvix, mediante una combinación de quimioterapia y bevacizumab, mejora la supervivencia.
Así se ha dado a conocer con motivo del Día Mundial del Cáncer de Cérvix, que se celebra cada 26 de marzo. En concreto, se trata de un ensayo clínico en fase III (aquellos que prueban si un tratamiento nuevo es seguro y funciona en comparación con un tratamiento estándar) que ha incluido a 410 pacientes de varios países, entre ellos España, y en concreto del Hospital Clínico Universitario de València. El investigador principal de este estudio en el Hospital Clínico es Alejandro Pérez-Fidalgo, especialista del servicio de Oncología y coautor también de la publicación.
"El cáncer de cérvix o de cuello uterino es un problema de salud pública especialmente en países de Latinoamérica, Asia y África. La causa de esta enfermedad es en la gran mayoría de los casos por la infección el virus del papiloma humano o VPH. Por ello es considerada una enfermedad de transmisión sexual. Gracias a la prevención, la incidencia de esta enfermedad está disminuyendo", tal y como explica Alejandro Pérez-Fidalgo.
"Cuando es diagnosticada en estadios iniciales el tratamiento con quimiorradioterapia consigue tasas de supervivencias y de control de enfermedad superiores al 80 %. Sin embargo, en aquellos casos en los que la enfermedad se disemina fuera del útero las opciones son únicamente el tratamiento con quimioterapia junto con el medicamento bevacizumab", ha añadido.
Las investigaciones actuales, y este ensayo en particular, cuyos resultados se han publicado recientemente en la prestigiosa publicación 'The Lancet', se han centrado en evaluar el papel de una nueva familia de fármacos, llamada inmunoterapia en el cáncer de cérvix. La inmunoterapia es un tratamiento en que se usa el propio sistema inmunitario del paciente para combatir el tumor.
En el estudio, cuyo promotor ha sido el grupo español de cáncer de ovario (GEICO), siendo la coordinadora internacional del estudio Ana Oaknin, del Hospital Vall d´Hebron de Barcelona, se ha evaluado el papel de añadir un fármaco de inmunoterapia llamado atezolizumab a la combinación de quimioterapia y bevacizumab.
"La inmunoterapia tiene un efecto activador de nuestras defensas, los linfocitos, obligándoles a atacar al tumor. Este tratamiento es altamente efectivo en el cáncer de cérvix ya que, al ser motivado por el virus VPH (virus del papiloma humano), las defensas ya lo reconocen como algo extraño. Sin embargo, para evitar el efecto de nuestras defensas, el tumor desarrolla un sistema de adormecimiento o de anulación de las defensas. La inmunoterapia interfiere ese sistema permitiendo la reactivación de nuestro sistema inmune. Es como si les obligase a atacar el tumor", ha informado el investigador.
"El beneficio de la adición de atezolizumab ha sido estadísticamente significativo tanto para la supervivencia libre de progresión, que es el tiempo que tarda en volver a crecer el tumor tras empezar el tratamiento, como la supervivencia global; por lo que supone un estudio que cambiará la práctica clínica habitual y modificando de forma considerable las expectativas de estas pacientes", ha informado Alejandro Pérez-Fidalgo.
Resultados contundentes
"Los datos de este estudio son muy contundentes, ya que añadir el atezolizumab a la combinación incrementó la supervivencia global en casi 10 meses, pasando de los 22,8 meses de mediana en el brazo control de quimio y bevacizumab a los 32,1 meses si se añadía este fármaco de inmunoterapia", ha añadido el experto.
En el Hospital Clínico de València se tratan unas 30 mujeres con casos nuevos de cáncer de cérvix cada año, que son valoradas y tratadas por el comité multidisciplinar en tumores ginecológicos que incluye a especialistas en ginecología, en radioterapia, radiología, patología y medicina nuclear. La edad de las pacientes es muy dispar, pero en algunos casos el diagnóstico se produce en edades muy jóvenes (entre los 20 y 35 años). "Afortunadamente, con la inclusión de la vacuna del VPH a partir de 2008 en mujeres y la reciente incorporación al calendario vacunal también de los hombres, se espera que en el futuro estas cifras se reduzcan drásticamente en nuestro entorno", ha concluido.