Agentes de la Policía Nacional han detenido a siete personas, cuatro hombres y tres mujeres, de origen español y uruguayo y edades comprendidas entre los 22 y los 60 años, en una operación policial desarrollada en las localidades valencianas de Paterna y Bétera contra la venta de cocaína base a personas drogodependientes. En el transcurso de la operación, en la que se registraron cuatro domicilios, los policías, en colaboración con el Seprona de la Guardia Civil y la ayuda de facultativos veterinarios, también localizaron más de un centenar de gallos destinados a peleas.
Las investigaciones por parte de la Brigada Local de Policía Judicial de Paterna se iniciaron tras tener conocimiento de que una familia podría estar dedicándose a la venta de sustancia estupefaciente, concretamente cocaína, a drogodependientes, desde tres domicilios, ubicados dos de ellos en Paterna y otro en Bétera. Una cuarta vivienda estaría destinada a guardar el dinero en efectivo o el oro como bien blanqueado.
Los agentes registraron estos cuatro domicilios, en una operación policial en la que también intervino el Grupo Operativo Especial de Seguridad (GOES), el Grupo Operativo de Intervenciones Técnicas (GOIT), la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) y Guías Caninos. En ellos localizaron e intervinieron 71 dosis de cocaína con un peso total de 35 gramos, más de 5.500 euros, 25 juegos de joyas, un arma larga de aire comprimido, 119 gramos de oro, 12 teléfonos móviles, una especie protegida de guacamayo, un vehículo de alta gama, así como aceite y gran cantidad de productos de limpieza, presumiblemente sustraídos por uno de los arrestados. Por todo ello, detuvieron a los siete implicados como presuntos autores de los delitos de tráfico de drogas y pertenencia a grupo criminal. A dos de ellos se les imputa también un delito de blanqueo de capitales y a otro, el de receptación.
Gallos maltratados
En la vivienda situada en Bétera, en una actuación conjunta con el Seprona de la Guardia Civil y la ayuda de facultativos veterinarios, los agentes localizaron 107 gallos, 70 de ellos con claros signos de haber sido maltratados. Asimismo, los investigadores intervinieron una máquina destinada a entrenar gallos para pelear, consistente en una jaula dividida en cuatro compartimientos separados, con suelo rodante, a fin de obligar a los animales a correr. También observaron a varias de estas aves muy maltrechas de combates anteriores, que eran usadas como cebo a modo de entrenamiento, para que otros aprendiesen a atacar.
Los investigadores comprobaron, además, que esa misma vivienda había sido construida fuera de la legalidad y que la luz estaba ilegalmente enganchada al fluido eléctrico. Por todo ello, los policías también imputan a uno de los detenidos los delitos de maltrato animal, contra la ordenación del territorio y defraudación de fluido eléctrico.
Los arrestados tienen antecedentes policiales y tres de ellos han pasado a disposición judicial, decretándose su ingreso en prisión.