Agentes de la Policía Nacional han detenido en la provincia de Valencia a 18 personas, de entre 24 y 40 años, de origen brasileño, colombiano, cubano, español y venezolano, como presuntos autores de los delitos de pertenencia a grupo criminal, extorsión y estafa. Los arrestados habían creado un entramado criminal dedicado a la extorsión de consumidores de servicios de prostitución publicados en diferentes páginas web, consiguiendo un lucro de más de 123.000 euros por todo el territorio nacional.
El grupo de Ciberdelincuencia de la Jefatura Superior de Policía de la Comunitat Valenciana, ha finalizado una operación policial tras más de un año de investigación, que ha permitido desarticular un grupo criminal formado por personas que se hacían pasar por una supuesta mafia albanesa dedicada a la trata de seres humanos y explotación sexual.
Los investigados contactaban con usuarios de páginas web de anuncios eróticos para exigirles una cantidad económica tras haber contactado estos telefónicamente con "sus chicas", a las que habían hecho perder el tiempo tras hablar con ellas y finalmente no concertar una cita, todo esto bajo amenaza de causarles problemas, accediendo al pago del dinero las víctimas con el fin de evitar que sus allegados supiesen que habían contactado con prostitutas.
Este grupo criminal, enclavado en la provincia de Valencia, consiguió obtener un beneficio económico de más de 123.000 euros derivados de numerosos delitos de extorsión repartidos por todo el territorio nacional. Se han esclarecido 54 denuncias a nivel nacional.
Entre los detenidos se encuentran los denominados "muleros", personas que a cambio de una contraprestación económica facilitaban sus cuentas bancarias para recibir las distintas cantidades ingresadas fruto de las extorsiones, además estas personas también contrataban las líneas de teléfono desde las que se realizaban las llamadas o el envío de mensajes en los que se exigían los pagos.
En el marco de la operación se han investigado 44 cuentas bancarias y se ha comprobado como los detenidos usaban hasta 37 teléfonos diferentes para contactar con las víctimas.