La Archidiócesis de Valencia cuenta con una nueva Delegación para el Primer Anuncio, creada por el Arzobispo, monseñor Enrique Benavent, para acompañar y acercar la nueva evangelización a los cristianos bautizados que viven alejados de la fe o de la Iglesia así como a aquellos que no conocen a Jesús.
Al frente de la nueva Delegación, mons. Benavent ha nombrado al sacerdote Francisco Javier Francés, actual párroco de Nuestra Señora del Don de Alfafar, que afirma que esta nueva responsabilidad es, sin duda, "un reto y una gran oportunidad".
Se trata de un reto porque "queramos o no, la cultura tanto intraeclesial como extraeclesial ha cambiado muchísimo y el ritmo de nuestras parroquias, de los movimientos, de las asociaciones y también el contexto socio político, económico, cultural, muchas veces oculta este gran mensaje que llevamos entre manos desde hace 2000 años".
Y como apunta, este mensaje "sigue siendo válido", aunque "a lo mejor los medios o los métodos que hemos estado utilizando hasta antes de ayer, no llegan al corazón de la gente -algunos"-, matiza.
Por ello, "nos gustaría por parte de la Vicaría de Evangelización y de la nueva Delegación poder coordinar, animar, suscitar todos esos métodos y herramientas, asociaciones, movimientos que coordinan tanto lo que es el primer anuncio como después también el discipulado, para ir conformando cristianos para el mundo de hoy", añade.
Se trata de "estar, saber acompañar, y a veces también el silencio hace mucho"
Según Javier Francés, "ahora la palabra que más suena es el acompañamiento, es decir, el poder acercarnos a la persona en su realidad concreta. En este caso, con el ejemplo de la DANA, asegura que lo tenemos muy presente. "Además, yo vengo de un pueblo afectado por la DANA y es importante estar, sostener, animar, dar palabras de esperanza".
"Todas las personas que se acercan a nuestras parroquias por un motivo o por otro, cuando contemplan el amor de Dios es cuando se abren y entonces a partir de ahí es cuando hay que presentarles la realidad, y preguntarles: cómo estás, qué necesitas, cómo podemos ayudarte, qué es lo que estás buscando, qué es lo que más te preocupa en tu vida .... Y ahí es donde hay que ir conformando ese mensaje, para que esa persona lo interiorice, lo viva, lo acepte y pueda decir Sí, Jesús es mi Salvador, Jesús es mi Redentor y quiero seguirle". Pero ahora lo que toca "es estar, saber estar, saber acompañar y a veces también el silencio hace mucho, el testimonio y el silencio", afirma.
"Tener el corazón abierto al que camina junto a mí"
Igualmente, el nuevo delegado del Primer Anuncio se ha referido a la sinodalidad que "es poder caminar juntos y por lo tanto, tener ese corazón abierto al que camina junto a mí".
"No estamos hablando de cambio de doctrina, ni de liturgia, ni de derecho. Eso no nos toca. Pero sí de poder compartir carismas, habilidades, recursos, donde cada uno va aportando esos dones y esas habilidades".
La sinodalidad "aquí implica saber vivir la corresponsabilidad en la toma de decisiones y en el desarrollo de todas las actividades. Antes, el ejemplo que se ponía era el del sacerdote que era un hombre orquesta y ahora tiene que ser un buen director de orquesta, que tiene que conocer los instrumentos". Es "poder descubrir los carismas, los dones que tiene cada persona para ponerlos al servicio del bien común, como San Pablo en Corintios".
Después de ordenarse sacerdote, Javier Francés tuvo una segunda llamada a partir de la Bula del Papa Benedicto XVI "Porta Fidei" en la que descubrió lo que era el Primer Anuncio, la evangelización. Y, posteriormente, "he estado intentando formándome, participando en muchos eventos, tanto a nivel nacional como internacional, y a mí es un tema que me apasiona", explica.
Es un nuevo ministerio "al que tardé poco en decir que sí, que no significa que sea fácil" pero "es una oportunidad para seguir creciendo como sacerdote porque yo también estoy en el discipulado, yo también tengo que crecer -obviamente me falta muchísimo- para poder servir a nuestra Iglesia diocesana".