El Servicio de Urgencias del Hospital de Dénia ha puesto en marcha un nuevo programa de formación basado en simulación clínica, cuyo objetivo es reforzar la coordinación del equipo ante situaciones críticas y estandarizar la actuación de todos los profesionales en los procedimientos más sensibles.
Se trata de una herramienta muy innovadora que recrea escenarios reales de emergencia médica, sin poner en riesgo al paciente y permitiendo a los profesionales entrenarse en un entorno seguro y controlado.
La metodología empleada se basa en el uso de un simulador de alta fidelidad, capaz de reproducir constantes vitales como la frecuencia cardíaca, la saturación de oxígeno o la presión arterial. Estas variables pueden modificarse en tiempo real para plantear diferentes situaciones clínicas que exijan una respuesta inmediata por parte del equipo.
Además, las sesiones se realizan con el mismo equipamiento y material que se utiliza en los boxes de Urgencias, lo que favorece una experiencia inmersiva y realista, y se diseñan con una doble vertiente. Por un lado, se plantea un escenario clínico con objetivos técnicos concretos (por ejemplo, una parada cardiorrespiratoria, una crisis anafiláctica o un ictus agudo). Por otro, se incluyen objetivos no técnicos relacionados con el trabajo en equipo, la gestión del estrés o la comunicación en contextos adversos. Al finalizar cada práctica, el grupo reflexiona sobre la experiencia, analiza las decisiones tomadas y plantea posibles mejoras.

Las primeras sesiones han estado centradas en el entrenamiento en soporte vital básico, dirigido a celadores, técnicos en cuidados auxiliares de enfermería (TCAEs) y personal administrativo. Estos últimos colectivos suelen ser los primeros en recibir a un paciente crítico, por lo que su formación específica resulta esencial para garantizar una respuesta rápida y eficaz.
Además de mejorar la competencia individual, el programa está generando cambios organizativos en el funcionamiento diario del Servicio de Urgencias. Uno de los primeros frutos ha sido la implantación de una pizarra visible en la que se indica, al inicio de cada jornada, el equipo responsable de responder ante una emergencia. Esta sencilla medida mejora la preparación y reduce el tiempo de reacción en situaciones de urgencia vital.
Otro de los beneficios de la simulación clínica es la posibilidad de detectar oportunidades de mejora en la logística del servicio. Durante las sesiones se han revisado protocolos, comprobado los recursos disponibles en los carros de reanimación o la actualización de los contactos clave para la activación de determinados circuitos, como el Código Ictus o el Código Sepsis. Asimismo, se han planteado propuestas para reorganizar materiales o mejorar la accesibilidad a determinados dispositivos.
La iniciativa, que representa una apuesta firme por parte de la gerencia del departamento, se enmarca dentro de un plan más amplio que busca instaurar una cultura de formación continua en el Servicio de Urgencias y la Atención Primaria.
Para ello, ya se ha llevado a cabo un curso específico para formar a instructores en simulación clínica, lo que permitirá replicar esta metodología en Atención Primaria y otras áreas del hospital, como los servicios de Anestesiología y Reanimación, Pediatría, Radiología o el Bloque Quirúrgico.
De este modo, se pretende consolidar la herramienta como un pilar fundamental en la formación de todos los profesionales del departamento, estableciendo además un aula permanente de simulación clínica, que garantice la continuidad y sostenibilidad de esta formación.