Lucena ha saldado la deuda que aún mantenía con quienes sufrieron las peores consecuencias de la covid-19. En recuerdo de las personas fallecidas y sus familiares y en homenaje a todos los colectivos, profesionales y voluntarios, que se afanaron por contribuir a superar la pandemia sanitaria, el Ayuntamiento de Lucena ha inaugurado una escultura con la firma de Francisco Javier López del Espino que queda ya para siempre como tributo a la memoria de quienes fueron protagonistas en la ciudad de la crisis sanitaria.
El Parque de los Poetas, en el barrio de la Dehesa de la Villa, reunía a primera hora de esta tarde a representantes de diversos sectores y colectivos en torno a la llamada del Consistorio lucentino en un acto presidido por el alcalde, Aurelio Fernández, y la delegada territorial de Salud, Mª Jesús Botella, además del propio escultor y una amplia representación de la Corporación municipal.
En representación de todos los profesionales (sanitarios, cuerpos de seguridad, auxiliares de dependencia, personal de residencias, comerciantes…), la enfermera del distrito sanitario del Sur de Córdoba, Inmaculada Jiménez ha pronunciado un emotivo discurso de agradecimiento a tantas personas que no dudaron en movilizarse cuando su ciudad más lo necesitaba.
En sus palabras, también ha querido incluir a quienes se entregaron con generosidad desde el anonimato y el voluntariado: a los grupos de costureras que tanto material sanitario tejieron, a los tractoristas que cada noche salían a desinfectar calles y plazas, a quienes ayudaron en los comedores sociales… "Si hacemos memoria desde el corazón, no es el dolor por tanto sufrimiento vivido lo que aflora, es la gratitud", ha suscrito ante las manos esculpidas como símbolo del abrazo perpetúo al que Lucena y todos ellos se entregan.
López del Espino se ha manifestado orgulloso de inaugurar esta escultura en su ciudad natal. Con un "pensamiento original" y "con una estética de técnicas y materiales contemporáneas por evocar un acontecimiento ocurrido en el siglo XXI", el joven escultor lucentino reconocía la vinculación personal que siempre le unirá a esta creación artística donde las manos protagonistas, sobre el medio muro de cemento que simboliza la covid, se forjaron a raíz de las manos de su hijo y su madre.
Arropado por la música del cuarteto de cuerda Ámbar, este acto ha discurrido en todo momento como homenaje y aplauso también "a quienes trabajaron sin descanso, anteponiendo su deber a su propia seguridad", en palabras del alcalde, quien tuvo una mención especial al personal sanitario por "convertirse en familia, consuelo y esperanza de muchas personas que tristemente se quedaron solas en los peores momentos de aquella pandemia, ejemplo de una verdadera vocación de servicio público".
Aurelio Fernández cerró su intervención declamando que "Lucena unió todas sus fuerzas y nos demostramos a nosotros mismos, que unidos somos capaces de superar todas las adversidades; que nadie olvide lo ocurrido, pero que nadie dude de nuestra capacidad de resistencia y de levantarnos tras la caída".
Con la foto de familia de todos los asistentes se ponía fin a una tarde de infinito recuerdo.