La Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul ha iniciado la campaña de anillamiento y marcaje de pollos de alimoche (Neophron percnopterus) en la provincia de esta temporada 2024, mediante emisores GPS para el seguimiento de sus movimientos, tal y como ha informado el delegado territorial, Rafael Martínez, quien ha adelantado que estos trabajos se llevarán a cabo hasta el próximo día 26 de julio.
Hoy mismo se han colocado emisores GPS en los ejemplares con el tamaño adecuado para ello, teniendo en cuenta que los emisores no se pueden poner en individuos muy jóvenes. Dichos emisores tienen tecnología GSM que, mediante las redes de telefonía móvil, envían las localizaciones de los ejemplares a los que se les han instalado.
Como ha señalado el delegado de Sostenibilidad, el marcaje y seguimiento de ejemplares de especies amenazadas "se ha convertido en la mejor herramienta para conocer el uso que estas especies hacen del territorio, cuáles son sus principales zonas de alimento y dispersión, así como las causas de mortalidad no natural que les afectan de forma directa, para poder actuar sobre ellas".
Los emisores emiten señales de la posición de los individuos marcados, lo que permite monitorizar sus movimientos para estudiar sus desplazamientos y obtener información clave de cara a la gestión de esta especie en peligro de extinción. De esta manera, se pueden conocer sus movimientos, las zonas más visitadas y los pasos previos a la ocupación de un territorio.
Como ha explicado Martínez, "se trata de un trabajo complejo, que implica el seguimiento de los territorios de la especie, la localización de los nidos y la comprobación de la puesta y nacimiento de pollos". Posteriormente, mediante técnicas de escalada, "se accede a los nidos para retener el tiempo imprescindible a los ejemplares, marcarlos con anillas, tomarles medidas y extraerles sangre para analizar en laboratorio posteriormente y conocer así el estado de salud y realizar prueba de sexaje". Asimismo, se ha procedido al pesado de los ejemplares.
El trabajo ha sido llevado a cabo por los técnicos del Plan de Conservación y Recuperación de Aves Necrófagas de Andalucía con el apoyo del equipo de trabajos verticales de la Agencia de Medio Ambiente y Agua, agentes de Medio Ambiente y técnicos de la Delegación de la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul en Córdoba.
Alimoche (Neophron percnopterus)
El Alimoche (Neophron percnopterus) es una especie que se encuentra en peligro de extinción en Andalucía. Se trata del buitre europeo de menor tamaño, especializado en alimentarse de los restos de carroña pegada a los huesos y los restos que dejan otras aves necrófagas. Es una especie migratoria, que se reproduce en Europa, generalmente en los mismos territorios en años sucesivos, y pasa los meses más fríos en el África Subsahariana, si bien algunos ejemplares pasan todo el año en Andalucía.
El seguimiento intensivo de la población andaluza de alimoches comenzó en el año 2000 como encargo de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía a la Estación Biológica de Doñana (Consejo Superior de Investigaciones Científicas). En la actualidad, la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul de la Junta de Andalucía, a través del Plan de Recuperación y Conservación de aves necrófagas, realiza la monitorización anual de la población reproductora de esta especie.
El objetivo principal del programa de actuaciones para la conservación del alimoche es el control exhaustivo de la población reproductora de Andalucía y, en su caso, las actuaciones necesarias para conseguir la supervivencia de los individuos que la forman, la salvaguarda de los territorios de cría y la consecución de una reproducción exitosa.
El trabajo llevado a cabo ha consistido en la realización de censos anuales de territorios de cría y obtención de los parámetros reproductores básicos en los territorios ocupados, identificación individual del mayor número posible de aves, mediante el anillamiento de pollos en nidos para estimar la tasa de supervivencia, así como la identificación de las causas de mortalidad mediante técnicas analíticas en laboratorio a partir del levantamiento de los cadáveres de los ejemplares, y su envío al Centro de Análisis y Diagnóstico de la fauna silvestre (CAD).