El cabo Belaid, destinado en el Regimiento de Ingenieros nº 8, y los cabos Abdelkader y Mohamed, del Batallón de Cuartel General de la Comandancia General de Melilla, se encontraban, el 3 de marzo, en la biblioteca del club de Tropa, cuando escucharon un fuerte ruido del exterior, propio de un accidente de tráfico.
De inmediato, salieron del aula para ver qué sucedía, y fue entonces cuando observaron que, efectivamente, se había producido un accidente de motocicleta y que un hombre tenía una pierna prácticamente amputada a la altura de la rodilla.
Rápidamente, llamaron al servicio de emergencias y auxiliaron al accidentado, taponándole la herida y haciéndole un torniquete provisional.

La policía al acudir al lugar del accidente prestó a los militares un botiquín de emergencias con el que pudieron practicar al herido un torniquete en condiciones efectivas para parar la hemorragia, tras haber perdido abundante sangre, de forma que se mantuviese consciente, ya que estaba en estado de shock circulatorio.
Al instante, llegaron los servicios de emergencias, que trasladaron al herido al hospital, donde les manifestaron públicamente el agradecimiento por la labor realizada, ya que su pronta intervención salvó la vida del accidentado.