Entre sus múltiples capacidades, el Sistema de Vigilancia y Control Aéreo (SVICA) cuenta con un equipo de personal técnico experto en el mantenimiento de los diferentes tipos de radomos instalados en nuestros escuadrones de vigilancia aérea (EVA). Conocido como EMR, este equipo cuenta con 13 personas entre oficiales, suboficiales y personal de tropa profesional, 4 de ellas miembros de este escuadrón, encargados de planificar y llevar a cabo el plan de mantenimiento de estas auténticas estructuras que protegen nuestros radares. Unas estructuras que los salvaguardan del agua, la nieve, los rayos y los vientos de hasta de 100 km/h que dominan en los exigentes enclaves geográficos en que se ubican estos escuadrones de vigilancia aérea.
Así y haciendo gala de nuestro lema "El valor de un equipo", los miembros del EMR desplazados al EVA Nº. 9 esta semana han mostrado su pericia, profesionalidad y capacidad de trabajo revisando los más 19 000 tornillos que fijan los 440 paneles a la estructura, comprobando la integridad de la misma y reparando las heridas que la meteorología causa a lo largo del año en esta piel que protege al radar. Todo ello en el mínimo tiempo posible, para no menguar la tarea de vigilancia permanente asignada al escuadrón.
Un trabajo abnegado y no exento de riesgo, que implica trabajar en altura, al límite que marcan la seguridad y las condiciones meteorológicas, desplegándose periódicamente a lo largo y ancho de nuestra geografía, y llevando a cabo una tarea esencial para el Ejército del Aire y del Espacio.
Una capacidad del SVICA que, junto a la que ofrecen sus equipos evaluadores, permite a nuestros sistemas de vigilancia desarrollar todo su potencial y ofrecer unos altísimos niveles de operatividad, con el fin de garantizar la misión de defensa permanente.