El president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, ha afirmado que la "huella" del terrorismo de ETA "está presente y debe estarlo en la conciencia colectiva", porque, de lo contrario, "estaríamos -ha dicho- traicionando la memoria de quienes han sido asesinados y nuestra propia dignidad".
El responsable del Consell se ha pronunciado en este sentido durante su participación en una nueva edición de 'Diàlegs al Palau', donde ha conversado con el presidente de la Asociación de Amigos de la Fundación Profesor Manuel Broseta, Pablo Broseta, hijo del político y catedrático de Derecho Mercantil asesinado por ETA el 15 de enero 1992, ahora hace 30 años.
El responsable de la Generalitat ha coincidido con Pablo Broseta, hijo de Manuel Broseta, en la necesidad de "articular el relato histórico de lo que pasó" durante los años en los que ETA estuvo activa para que no pueda ser nunca olvidado por las futuras generaciones, y ha subrayado que "el fanatismo es lo que alimenta las barbaries".
Ximo Puig ha defendido, por otro lado, que "nadie puede sentirse ajeno al fanatismo" y que "la lucha contra los totalitarismo nunca acaba", y ha mostrado su oposición a la actual "raquitización" del debate público. "La futbolización de la política es un desastre" y el "proceso de deterioro enorme del discurso político tiene consecuencias", ha alertado también el jefe del Ejecutivo valenciano.
El president ha reivindicado además durante el acto, celebrado en el Saló de Corts del Palau de la Generalitat, la vigencia de las ideas y trayectoria personal de Manuel Broseta, así como su papel clave en los pactos autonómicos, y ha señalado que constituye "un orgullo y una exigencia democrática mantener su legado".