La ministra de Sanidad, Mónica García, ha propuesto en Venecia buscar un indicador unificado y consensuado de bienestar que permita evaluar el impacto de las políticas públicas más allá del crecimiento económico.
Así lo ha dicho en la reunión ministerial que se celebra en Italia sobre "Reimaginar una economía para sociedades resilientes y más saludables que no dejen a nadie atrás", un encuentro organizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Europa, en la que se han planteado reflexiones sobre la importancia de situar las acciones en favor de sociedades resilientes y sanas en el centro de la Cumbre del Futuro de la ONU.
Mónica García propone instaurar un nuevo indicador porque "sabemos que el PIB deja fuera aspectos fundamentales como el trabajo de cuidado, la protección del medio ambiente y otras actividades necesarias para el bienestar de las personas".
En este contexto, la ministra ha recordado que los países de la UE afrontan múltiples crisis, que van desde el envejecimiento de la población y la cronificación de los problemas de salud, hasta la crisis ecológica, pasando por la crisis de salud mental y la crisis de cuidado, las crecientes desigualdades que fracturan nuestra sociedad o el aumento de las tensiones internacionales.
"Esta policrisis es el resultado de haber llevado nuestras vidas, nuestras sociedades y nuestro planeta más allá de sus límites, impulsados a veces por la búsqueda de un crecimiento infinito que sabemos es imposible de alcanzar", ha enfatizado.
Esta situación está afectando a la salud global, como se vio en la pasada pandemia de COVID-19. Por eso, Mónica García ha hecho un llamamiento a trabajar conjuntamente para alcanzar un Tratado de Pandemias ambicioso, justo y generoso con los países del Sur Global, "que nos proteja a todos, y no sólo a unos pocos, cuando vengan nuevas situaciones pandémicas", ha dicho
Y afecta también a la salud planetaria: "No hay personas sanas en un planeta enfermo y debemos poner en práctica el compromiso global alcanzado en la COP con un abandono rápido, justo y ordenado de los combustibles fósiles", ha declarado la ministra.
Por eso, ha manifestado en Venecia, "ha llegado el momento de que nuestros gobiernos coloquen como máxima prioridad de su actuación política el bienestar de las personas, los animales y el propio planeta".
En esta línea, ha reiterado el compromiso de evaluar cada política pública en función de su impacto no solo en la salud de la población, sino desde el punto de vista del bienestar integral de las personas y de su dependencia medioambiental.
"Por lo tanto, deberíamos impulsar marcos legislativos que obliguen a evaluar todas las políticas públicas en función de su impacto en el bienestar, un marco que podríamos llamar bienestar en todas las políticas", ha indicado.
Mónica García ha acabado la jornada reuniéndose con el director de la OMS-Euro, Hans Kluge, para discutir una colaboración estratégica en asuntos clave para el bienestar global. Durante el encuentro, se abordaron temas como la atención primaria, el apoyo a los profesionales sanitarios, la promoción de la salud mental, la lucha contra el cambio climático y la igualdad de género en los sistemas de salud.