La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha conocido esta mañana a la familia Yilmaz: Leyla, de 31 años, y sus hijos Elif (6) y Mushin (3). Los tres fueron rescatados bajo las ruinas de su casa gracias a los efectivos del Segundo Batallón de Intervención de Emergencias (BIEM II), desplegado en Turquía para ayudar a las víctimas del terremoto que asoló el país el 6 de febrero de 2023.
Tras el intercambio de regalos, Margarita Robles ha resumido el sentimiento de un encuentro especialmente entrañable: "La UME ha estado permanentemente en contacto con la familia, que hoy está aquí en España, y son el milagro de la vida".
"Gracias al esfuerzo de la UME –ha reconocido la titular de Defensa– que en ningún momento desfalleció, es muy emotivo ver a esta madre, que es una madre coraje, que estuvo cinco días bajo tierra para salvar a sus hijos. Como españoles, hemos creado un vínculo muy especial con ellos, les sentimos parte de nuestra familia; nos emocionamos cuando les vimos salir, y nos emociona tenerlos hoy aquí".
También hacía referencia a ese vínculo el sargento primero Moreno Navajas, jefe del pelotón de rescate: "Para nosotros, mantener la relación es igual de importante o más que haberlos rescatado", y explicaba así cómo hicieron frente a las dificultades de la intervención: "Durante muchas horas trabajamos a ciegas, sin saber si podía haber alguien. En el momento en que supimos que había una mujer con sus dos hijos, cambió todo: el procedimiento, el ímpetu, las ganas de hacer la perforación para llegar a ellos…Ponerles nombres, saber sus edades fue el punto de inflexión".
Un butrón de tres metros, 28 horas sin descanso
Entre el 6 y el 15 de febrero de 2023, y con la solicitud oficial por parte de las autoridades turcas, la UME desplegó en Turquía para intervenir tras el terremoto de 7,8 grados Richter que afectó al sureste del país. Como resultado de esa operación, la UME recuperó nueve personas con vida y distribuyó 3.600 toneladas de ayuda humanitaria.
Entre los rescatados estaban los Yilmaz, que llevaban cinco días atrapados. Los militares del BIEM II, que habían contactado con ellos a través de los geófonos, tuvieron que abrir un butrón de tres metros, atravesando cuatro placas de hormigón armado, para sacarlos con vida, después de 28 horas de trabajo sin descanso.
"Equipo de rescate. Si me escucha, grite o golpee tres veces". La contestación a este mensaje, recibida en forma de tres golpes repetidos dos veces, confirmó que bajo la montaña de escombros había al menos una persona viva. Empezaba así el rescate de una familia con la que, desde entonces, el BIEM II ha seguido en contacto. Quedaba pendiente una visita a España para visitar la UME y agradecer personalmente la labor de aquellos que Leyla llamó, en el momento de su rescate "ángeles sin alas".