En el marco de la Semana Europea de la Movilidad, un grupo de activistas de Greenpeace ha acudido a la estación de Atocha en Madrid para poner de manifiesto la complejidad del sistema tarifario del transporte público de España y reclamar un abono único. La acción, realizada en una de las estaciones más transitadas del país, ha incluido la creación de un mosaico con una muestra de la variedad de billetes y tarjetas de transporte que existen en las distintas ciudades y comunidades autónomas. Junto a ellos, han desplegado una réplica gigante de la propuesta de abono único de Greenpeace: el T-lleva, una única tarjeta de transporte para todo el territorio estatal y para todos los modos de transporte público.
Con esta actividad, Greenpeace quiere dar a conocer su propuesta al tiempo que denuncia la confusión y dificultad a la que se enfrentan las personas usuarias del transporte público por la existencia de múltiples billetes y sistemas de pago gestionados por las distintas administraciones a lo largo del país, lo que constituye un freno para un mayor uso del transporte público. En este sentido, la pancarta de Greenpeace es un llamamiento para que se ponga en marcha un sistema integrado que permita a las personas usuarias viajar de manera más intuitiva, asequible y fácil en trenes, autobuses, metros, tranvías, bicicletas públicas, etc.
El T-Lleva pretende simplificar el acceso al transporte público, promoviendo la intermodalidad y la interoperabilidad. Actualmente, en muchas ocasiones, las personas que utilizan el transporte público deben portar distintas tarjetas para acceder a los distintos medios de transporte. Greenpeace destaca que un sistema de abono único permitiría eliminar estas múltiples tarjetas, integrando todos los servicios bajo un mismo título de viaje, similar a los modelos que ya existen en otros países o en algunos consorcios.
Greenpeace destaca que el objetivo de un abono único de transporte es que las personas usuarias percibirán la red de transporte público como un único sistema integrado, desde el punto de vista de las correspondencias, de la coordinación del servicio y de las tarifas. Este billete climático simplificará las tarifas del transporte al permitir viajar por diferentes provincias, comunidades autónomas y zonas tarifarias. Por tanto, facilita aún más el cambio del coche por medios de transporte más respetuosos con el medio ambiente.
Este sistema debería ser válido independientemente de la empresa de transporte, consorcio o comunidad autónoma que expida el billete. Así, por ejemplo, un billete adquirido en Madrid puede utilizarse también para viajar por Sevilla y su área metropolitana.
"Es necesario que se alineen las estrategias y se vaya a un objetivo común: ofrecer al ciudadano un servicio de movilidad integrado más allá de quien lo opere y de cuál sea el modo", ha declarado Cristina Arjona, coordinadora de la campaña de movilidad de Greenpeace. "Además, una tarifa plana asequible debe ser una política estructural que ayude a paliar los efectos de la subida del coste de vida. Los abonos únicos de transporte también pretenden aliviar a las familias"
Para Greenpeace es imprescindible que, junto a este abono único, haya también más inversión para que aumenten las frecuencias y mejoren la puntualidad, el tiempo de viaje y la fiabilidad. En este sentido, un transporte público fuerte contribuye a reducir las desigualdades sociales y económicas.
Por todo esto, y teniendo en cuenta además la incertidumbre por la continuidad de los actuales abonos y descuentos del transporte público en 2025, Greenpeace insta a las diferentes administraciones y autoridades de transporte a colaborar entre sí para avanzar hacia la creación de este abono, que ayudaría de forma importante a reducir la congestión del tráfico, disminuir las emisiones de CO2 y mejorar la movilidad sostenible, como demanda un 75% de la población según una reciente encuesta elaborada por la organización.