Noviembre el momento ideal para romper con la rutina cotidiana, siempre tan desgastante, y conocer escenarios naturales que adquieren un encanto especial en otoño, cuando los paisajes se ven radicalmente transformados por los tonos rojos, naranjas y amarillos que aparecen en bosques y montañas, ofreciendo un espectáculo único.
Castañar de El Tiemblo (Ávila)
A poco más de una hora de Madrid, en la Reserva del Valle de Iruelas, en las afueras del municipio de El Tiemblo, se encuentra este impresionante bosque de castaños centenarios que se extiende por 200 hectáreas, ideal para visitar en otoño por los increíbles colores que ofrecen sus paisajes.
El castañar cuenta con un sendero circular de 4 kilómetros apto para todo público, que parte del área recreativa de El Regajo y permite disfrutar de avellanos, castaños, zarzas, pinos, olmos de montaña y especies típicas de la zona, como helechos, acebos y brezos.
Ciudad de Frías (Burgos)
"National Geographic" eligió a esta localidad de apenas 300 habitantes, situada a solo 80 kilómetros de la ciudad de Burgos, como "el mejor pueblo para visitar en noviembre" por su combinación de arquitectura medieval y entorno natural.
Ciudad de Frías
Su principal construcción histórica es el castillo de los Velasco, una fortaleza construida en el siglo XI sobre el peñasco de La Muela que cuenta con torres circulares, un foso excavado en la roca y un puente levadizo.
Además del castillo, Frías alberga otros dos impactantes monumentos históricos: un puente sobre el río Ebro erigido en el siglo XIV, considerado, con toda justicia, una de las estructuras medievales mejor conservadas de España; y la iglesia de San Vicente, una construcción que alberga tres retablos: el Cristo de las Tentaciones, el de la Soledad y el Mayor.
Otro de los grandes atractivos de la villa son sus casas colgantes, instaladas en la ladera del cerro de la Muela, al borde mismo de los precipicios, desde las que se obtiene una vista imperdible de toda la zona.
Frías, además, ofrece la posibilidad de disfrutar la inmensa biodiversidad de la región a través de una serie de rutas de senderismo que permiten visitar los impresionantes bosques de roble y haya locales, conociendo especies nativas como el corzo y el águila real.
Hayedo de Tejera Negra (Guadalajara)
Ubicado en el municipio de Cantalojas, dentro del Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara, este bosque es considerado uno de los hayedos más bellos del mundo.
El lugar ofrece diferentes rutas de senderismo, perfectas para sumergirse de lleno en el paisaje otoñal, como "Las Carretas", un recorrido circular de seis kilómetros que atraviesa el impactante bosque situado junto al río Lillas; o la senda "del Robledal", que permite conocer las áreas menos transitadas del parque, donde robles, melojos, pinos y abedules se mezclan con las hayas, creando un paisaje único.
Para recuperar las energías, lo mejor es disfrutar las maravillas de la gastronomía local, incluyendo sus dos clásicos: el cabrito asado en hornos de leña o la famosa caldereta de cordero.
Parque Nacional de Somiedo (Asturias)
Declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO en el 2000, este parque cuenta con una superficie de 283 kilómetros cuadrados y se extiende por cinco valles (Saliencia, Del Lago, Puerto y Pola de Somiedo, Perlunes y Pigüeña), con rutas bien señalizadas que recorren sus imponentes montañas y sus extensos bosques de hayas y robles.
El mayor atractivo del parque es su rica flora, que incluye especies como la gayuba, el gamón, los matalobos y la hierba del viento; y su increíble fauna, que cuenta con más de 100 especies de aves (donde destacan el mirlo, el martín pescador, el urogallo y el águila real); y animales como el oso pardo, el lobo, la nutria y el gato montés.
Ciudad de Peñíscola (Valencia)
Ubicada a menos de dos horas de Valencia, esta localidad de apenas 79 kilómetros cuadrados se encuentra en un punto privilegiado del Mediterráneo español.
El Castillo del Papa Luna, construido entre 1294 y 1307, preside la ciudad desde lo alto de un peñón, atrayendo visitantes de todo el mundo, tanto por su valor histórico como por sus espectaculares vistas al mar. Su imponente presencia lo convirtió en el sitio elegido para realizar importantes superproducciones: allí se filmó, en 1961, "El cid", un clásico del cine protagonizado por Charlton Heston y Sofía Loren; y en 2015 se grabaron escenas para varios episodios de "Juego de tronos", la aclamada serie basada en los libros de George R. R. Martin.
Otros edificios históricos muy visitados de Peñíscola son la "Casa de las Conchas"; las Iglesias de Santa María y Nuestra Señora de la Ermitana; y la estatua del Papa Luna.
El municipio, además, cuenta con dos importantes áreas naturales protegidas: la Sierra de Irta, una impactante cadena montañosa que corre paralela a la costa; y el Parque Natural de la Sierra de Irta, ideal para practicar senderismo.
Para los amantes del mar la visita obligada es Playa Norte, que cuenta con 5 kilómetros de extensión y está equipada con todos los servicios, incluyendo alquiler de sombrillas, aparcamiento y accesibilidad para personas con movilidad reducida.