Nuestro país cuenta con innumerables sitios que merecen ser visitados, por lo menos, una vez en la vida; en esa categoría, indudablemente, deben colocarse tres cuevas de cristal que han recibido innumerables reconocimientos de los expertos en el tema, además de generar ingresos millonarios para sus municipios gracias al interés que generan en el turismo internacional.
Cueva del Yeso (Córdoba)
A solo ocho kilómetros de Baena, sobre el río Guadajoz, en un paraje conocido como Puente de la Maturra, se encuentra esta maravilla natural que ofrece inmensas galerías que superan los 12 metros de altura.
Según el espeleólogo José Antonio Mora, esta cueva "aporta un contexto didáctico extraordinario a todos los niveles educativos, pues en ella se pueden ver representados los últimos 220 millones de años de la Historia de la tierra".
Para proteger a este espacio de la erosión y el desgaste, las visitas turísticas solo pueden realizarse durante cuatro meses, de noviembre a febrero.
Cueva del Yeso (Córdoba)
Además de ofrecer vistas únicas de impactantes cristales de yeso, la cavidad alberga una inmensa colonia de murciélagos en peligro de extinción y una gamba única en el mundo.
Una curiosidad a tener en cuenta es que la cueva mantiene una temperatura constante de 21 grados todo el año, con una humedad que supera el 90%, por lo que la sensación térmica es similar a la de un clima tropical, algo que suele sorprender muchísimo a los visitantes.
Geoda gigante de Pulpí (Almería)
Esta maravilla natural se encuentra ubicada junto a la barriada de Pilar de Jaravía, en la Sierra del Aguilón, dentro de una mina de plata abandonada llamada Rica.
La geoda (8 metros de largo, casi 2 metros de ancho y más de 1,5 m de alto) luce como una habitación con paredes recubiertas de inmensos cristales, algunos de los cuales miden casi 2 metros.
Para proteger esta joya natural, la Universidad de Almería realiza un riguroso seguimiento de las condiciones de estabilidad térmica y humedad, monitorizando el lugar durante las 24 horas del día.
Grutas de Cristal de Molinos (Aragón)
El descubrimiento de esta maravilla natural fue producto de la casualidad: en 1961, tres jóvenes espeleólogos de Barcelona (Francisco Cardeña, Francisco y José Subils) vieron un extraño boquete y, aunque los vecinos les dijeron que solo se trataba de una guarida de zorros, decidieron investigar y encontraron una compleja red de galerías que contenía impactantes formaciones, producto de la filtración del agua.
Emilio Jordán, guía histórico del lugar, explica este fenómeno diciendo: "Por la ley de gravedad, el líquido debería bajar en línea recta, pero aquí se ve que va realmente en todas las direcciones, incluso hace círculos".
En las escaleras de acceso al lugar, una línea del tiempo geológico ayuda a comprender cómo se generó este extraordinario fenómeno; además, el municipio montó una exposición fotográfica que muestra todos los tesoros que alberga la cavidad.
La duración de la visita guiada es de 45 minutos, y Jordán detalla con precisión todas las maravillas que encontrarán los turistas: "Aquí hay dos salas principales, la de los Cristales y la Marina. En una de ellas tenemos las formaciones clásicas de estalactitas y estalagmitas, junto a otras figuras más inusuales; en la otra encontramos las llamadas estalactitas excéntricas, que bajan hacia el suelo haciendo verdaderas filigranas, hasta el punto de que parecen entretejerse, porque salen en varias direcciones. Es que, si le echas imaginación, cada forma tiene algo, recuerda a algo. Eso por no hablar de los colores, desde el blanco del carbonato cálcico al rojo por el óxido de hierro, el azul que sale al oxidarse el cobre o el negro del lignito. Las formas abanderadas, por ejemplo, las hace el agua al bajar por los laterales: parecen túnicas. Yo no me canso de verlas; de hecho, cuando hago tareas de mantenimiento, siempre acabo descubriendo algo nuevo".
En estas grutas, además, se encontraron las mandíbulas de "el hombre de los Molinos", un descubrimiento crucial para entender la evolución de los seres humanos en esta región de España durante la prehistoria.