Más responsabilidad climática y cero emisiones netas en 2040 para evitar los peores escenarios de la crisis climática. Esta ha vuelto a ser hoy la demanda de Greenpeace en un día clave, 10 de febrero, fecha límite para que los países del Acuerdo de París presentaran sus planes climáticos para 2035 ante Naciones Unidas, plazo que ni España ni la Unión Europea han cumplido.
De los 195 países miembros de este Acuerdo, menos del 10 % han llegado a tiempo para presentar, como acordaron, sus nuevos objetivos de recorte de emisiones de gases de efecto invernadero para 2035, conocidos como "contribuciones determinadas a nivel nacional" o NDC por sus siglas en inglés. Más de dos tercios de las economías del G20, las más contaminantes del mundo, no han presentado sus objetivos.
El director de Cambio Climático de la ONU, Simon Stiell, ha descrito los programas climáticos que debían presentarse hoy como "los documentos políticos más importantes del siglo". Sus líneas definirán las emisiones que se produzcan desde hoy hasta 2035, es decir, la respuesta de la generación actual al cambio climático que heredarán las generaciones futuras.
"Es muy grave que la mayoría de países lleguen a esta cita sin los deberes hechos. No se toman en serio la gravedad del cambio climático que están provocando y escurren el bulto de su responsabilidad mientras dejan en papel mojado los compromisos adquiridos. El nuevo escenario abierto en Estados Unidos hace más urgente que nunca un mayor liderazgo climático de España y la Unión Europea. Para alcanzar las cero emisiones netas en 2040 y limitar así el calentamiento global por debajo de los 1,5ºC hacen falta objetivos más ambiciosos y planes sólidos de reducción de emisiones. Esto incluye políticas y fechas concretas para eliminar gradualmente los combustibles fósiles y exigir a las empresas energéticas que paguen por los daños que producen", ha asegurado Pedro Zorrilla Miras, coordinador de la Campaña de Cambio Climático de Greenpeace.
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En las negociaciones climáticas del Acuerdo de París, la Unión Europea presenta objetivos únicos para el conjunto de los países que la forman, que no presentan compromisos individualmente. Por eso, España depende del acuerdo que se tome en Bruselas y, a su vez, el acuerdo europeo depende de la voluntad política de cada país, entre ellos España.
"Desde Greenpeace exigimos al Gobierno de España que lidere la ambición climática en Bruselas y defienda con razones, datos y corazón la neutralidad climática para 2040. La crisis climática está impactando gravemente al planeta y a quienes lo habitamos. No queremos repetir tragedias como la vivida con la dana de Valencia, necesitamos acelerar la respuesta climática con justicia social", ha insistido Zorrilla Miras.
Según los cálculos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), para no sobrepasar el límite de 1,5º C, las emisiones globales deben reducirse un 43 % en 2030 con respecto a las emisiones de 2019. Sin embargo, los Gobiernos y grandes empresas no están siguiendo las indicaciones de la ciencia: en lugar de descender, las emisiones globales siguen aumentando cada año y los datos provisionales apuntan a que en 2024 el mundo alcanzó un nuevo récord de emisiones de efecto invernadero: 41,6 gigatoneladas de CO2 equivalente, frente a las 40,6 del año anterior. España ha seguido esta tendencia ascendente, con 278 millones de toneladas en 2024, lo que supone un 1 % más que en 2023, según los estudios preliminares.
Greenpeace basa su propuesta de reducción de objetivos en el llamado "presupuesto de carbono": la cantidad que puede emitir la humanidad para evitar sobrepasar el 1,5ºC de calentamiento. De acuerdo con dichos cálculos, la Unión Europea debe alcanzar las emisiones cero netas de aquí a 2040. Por eso, la organización ecologista reclama a la Unión Europea y a sus Gobiernos que aumenten sus compromisos actuales para lograr una reducción de las emisiones netas del 100 %, es decir, que las emisiones que se produzcan estén siempre por debajo de lo que la naturaleza es capaz de absorber.