El sindicalismo español encara el siglo XXI atrapado entre viejos enemigos y nuevas formas de explotación. Bajo esta premisa arrancó la primera parte del ciclo "Retos del sindicalismo en el siglo XXI: nuevas metas, nuevas luchas", organizado por la sección de Movimiento Obrero de Unificación Comunista de España (UCE).
La charla, centrada en el papel del sindicato USO, dibujó un panorama en el que la precarización, el auge de plataformas digitales y el debilitamiento de los vínculos de clase obligan a repensar la acción sindical. Se hizo hincapié en que no basta con gestionar lo existente: el sindicalismo debe ser un motor de reagrupación obrera y un instrumento para la transformación social.

A lo largo de la intervención, se denunció la "domesticación" de los sindicatos mayoritarios y se apostó por reforzar una alternativa sindical independiente, democrática y combativa, capaz de representar verdaderamente los intereses de los trabajadores. Se insistió en la urgencia de recuperar la unidad y la conciencia de clase, entendiendo que las nuevas luchas (por ejemplo, contra la uberización o por el derecho a la desconexión digital) exigen un sindicalismo fuerte, capaz de adaptarse sin renunciar a su esencia revolucionaria.
Con un discurso cargado de energía, la tertulia finalizó lanzando un llamado claro: la reconstrucción del sindicalismo pasa por romper con la resignación, por levantar una nueva cultura obrera de resistencia y dignidad.