El Festival de Mérida encara su recta final con la puesta en escena del penúltimo espectáculo de su 70 edición. Del 14 al 18 de agosto, 'Tiresias', encarnado por Anabel Alonso, buscará "la verdad y la belleza", en un trabajo escrito a tres manos por José Manuel Mora, Joan Espasa y Carlota Ferrer, quien además de dirigir la obra actúa en ella.
Esta mañana se ha presentado este espectáculo con la presencia de la consejera de Cultura, Turismo, Jóvenes y Deportes, Victoria Bazaga; el director del Festival de Mérida, Jesús Cimarro; el portavoz del Ayuntamiento, Julio César Fuster; la directora, coreógrafa y actriz, Carlota Ferrer; el autor y dramaturgo, José Manuel Mora; y los miembros del elenco compuesto por: Anabel Alonso, Ana Fernández, Alfredo Noval, Paula Mendoza, Carlos Beluga, Alberto Velasco y María García Concha.
La consejera ha comenzado dando las gracias al elenco "por estar aquí y querer estar aquí", porque "para nosotros el teatro es algo socioeconómicamente muy importante". Pero la responsable regional de Cultura ha querido agradecer, "por encima de todo", el respaldo del público que "no nos falla, al que quiere seguir viniendo y al que quiere venir y no puede" porque los establecimientos hoteleros están llenos.
Así se ha expresado Bazaga tras conocer los datos de espectadores, ofrecidos por el director del Festival de Mérida, de 'Medusa', la obra que se despidió anoche del Teatro Romano tras diez funciones en los que colgó el cartel de lleno absoluto con 32.679 asistentes.
Anoche finalizó también la programación de la extensión de Cáparra donde 4.032 espectadores han visto las cuatro funciones programadas, tres de las cuales colgaron el cartel de no hay localidades. Bazaga ha apuntado que estas extensiones del Festival "dan vida a nuestros pueblos" y, en la misma línea, Cimarro ha señalado que se acertó al crear esta extensión, ya que el público en las zonas rurales "acude a ver espectáculos de temática grecolatina".
Tiresias, la búsqueda de la verdad
El dramaturgo y coautor de 'Tiresias', José Manuel Mora, ha explicado que esta obra gravita en torno a la "búsqueda de la belleza y de la verdad"; y ha señalado que en este "mundo dominado por las fake news", el personaje de Tiresias es el que "dice lo que nadie quiere oír".
Mora ha pormenorizado que la dramaturgia consta de dos partes, la primera habla de cómo Tiresias adquiere el don de la adivinación, y una segunda donde se muestran las consecuencias de ese don, como es la soledad de un personaje secundario que ellos han puesto en el centro.
El dramaturgo ha subrayado que 'Tiresias' es un trabajo escrito a tres manos que ha bebido de diferentes textos clásicos como La Metamorfosis, Las Bacantes, Edipo Rey y Antígona, pero en el que querían poner en valor "la visión del profeta como algo presente", donde personas cotidianas revelan y dicen cosas y "no les hacemos caso". En este sentido, ha apuntado que les interesaba el enfoque del profeta "no como alguien que habla de sueños o visiones, sino que dice lo que nadie quiere oír" y precisamente esa "búsqueda de la verdad" es en lo que han trabajado como "punto de partida" para que "el espectador llegue a sus propias conclusiones".
Por su parte, la directora de la obra, Carlota Ferrer, ha definido a este espectáculo como "complejo y completo", ya que hace un recorrido por la mitología y las tragedias de Ovidio, de Sófocles o Eurípides; y ha desvelado que en la puesta en escena ha trabajado con el espacio que hay en el Teatro Romano, con la "poesía y el misterio que emana" y no "disrumpir con otras teatralidades".
Ferrer ha señalado que de lo que se trata es de romper el "límite que hay entre el espectador y el escenario", y ha destacado el trabajo de "no ver la tragedia como algo ajeno y lejano", sino de "buscar todo lo humano que hay tanto en la luz como en la oscuridad".
Anabel Alonso, que regresa a Mérida diez años después, para meterse en la piel del mito del hombre/mujer y adivino ciego Tiresias, en "un reto interpretativo mayúsculo" para ella y en un registro en su trabajo "muy desconocido", y con el que espera "sorprender".
En esta obra, en la que la actriz vasca no se siente protagonista, sino "hilo conductor de todo lo que va pasando", aparecen varias disciplinas artísticas como la lírica, la danza y la música, "donde un arte se alimenta de otras artes".