Extremadura ha contado con enterramientos musulmanes desde la época andalusí, también en la historia reciente de 1936 en municipios como Cáceres, Villafranca de los Barros y Zafra, sin reapertura actual.
La Comunidad Islámica de Badajoz, Mezquita Nur Al-Darain, ha estado trabajando durante años para que el ayuntamiento pueda cumplir la Ley 49/1978, Ley Orgánica 7/1980, Ley 7/1985 y Ley 26/1992.
Las reuniones con la Concejalía de Cementerios de Badajoz se iniciaron en el año 2000. Se publica el Decreto 161/2002, de 19 de noviembre, prohibiendo enterrar sin féretro mientras que en materia religiosa remite al acuerdo estatal. La Junta de Extremadura afirmaba en un informe del 3 de marzo de 2005, que está "en disposición de colaborar en todo lo posible para facilitar el cumplimiento de lo dispuesto en el acuerdo del Estado español con la Comisión Islámica de España proponiendo las soluciones necesarias".
La Fundación Pluralismo y Convivencia, publicó el año 2013 una convocatoria de ayudas para adaptación de cementerios, por la que se "aprueba la convocatoria de ayudas destinadas a ayuntamientos, mancomunidades u otros entes de la administración local que tengan entre sus competencias la gestión de cementerios, para la adaptación de los mismos a los requisitos de enterramiento de personas pertenecientes a las confesiones con Acuerdo de cooperación con el Estado español", a la que no concurrieron ayuntamientos extremeños.
El 23 de mayo de 2019 se firma y entra en vigor el Protocolo de actuación entre la Consejería de Sanidad y Políticas Sociales, el Servicio Extremeño de Salud y la Comisión Islámica de España en Extremadura en materia de sanidad mortuoria, por el que "el féretro pueda ser rellenado en su interior con tierra" para su inhumación en fosa con "la adecuada orientación del féretro respecto a la Quibla", conforme al Decreto 161/2002 sin actualizar.
No obstante, continúa en 2024 la inexistencia de sepulturas para enterramiento musulmán en Badajoz y demás municipios de Extremadura.