España está llena de localidades que merecen la pena visitarse, pero Robledillo de Gata destaca claramente del resto gracias a sus impactantes cascadas que la convirtieron en uno de los sitios más elegidos por los turistas de todo el mundo.
Situada en el extremo noroeste de la provincia de Cáceres, esta localidad de menos de 100 habitantes impacta por sus angostas calles llenas de estrechos pasadizos y sus bellísimas casas de piedra, con balcones de madera, tejados de pizarra y muros de adobe.
Por si esto no fuera suficiente, el río Árrago, atraviesa todo Robledillo, creando increíbles arroyos que fluyen junto a las viviendas, formando cascadas que parecen sacadas de una película de Hollywood.
Por sus bellezas naturales y el excelente estado de conservación de su arquitectura (que parece inmune al paso del tiempo), la villa fue declarada Bien de Interés Cultural y Conjunto Histórico-Artístico, y elegida como una de las "siete maravillas rurales de España", superando a Chelva (Valencia), Ribadesella (Asturias), Vejer de la Frontera (Cádiz), Valderrobres (Teruel), Carmona (Sevilla) y Nájera (La Rioja).
Vista de Robledillo de Gata
Robledillo de Gata, además, cuenta con cinco construcciones históricas imperdibles: la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, levantada en el siglo XVI, que deslumbra con su espléndido pórtico de diez columnas y un artesanado mudéjar que cubre todo el techo de la sacristía; tres imponentes ermitas (la del Cordero, la del Humilladero y la dedicada a San Miguel); y el Museo del Aceite, un antiguo molino donde se conserva una amplia colección de lámparas, tinajas y otras herramientas usadas antiguamente para la recolección y molturación de la aceituna.
Para relajarse y descansar después de ver tantas maravillas, nada mejor que probar las delicias locales que incluyen platos como ensalada de naranja con aceitunas negras y huevos cocidos, regadas con aceite y pimentón; sopa de tomate; migas extremeñas; esparragau de patata y berza; puchero de judías; o caldereta de cabrito o cordero.
Después de una buena comida, para quemar energías lo mejor es recorrer una de las múltiples rutas de senderismo que salen del pueblo: la más popular permite llegar hasta Chorrituelo de Ovejuela, un salto de agua rodeado de imponentes montañas y deslumbrantes bosques de robles y castaños.
Cerca de allí se encuentra otra impresionante cascada de más de 200 metros de altura llamada Chorro de los Ángeles, que recibe su nombre por el convento de Los Ángeles, que perteneció a los franciscanos, situado en las inmediaciones. Fray Juan Baptista Moles, uno de los integrantes de esta orden, dejó uno de los primeros testimonios escritos sobre el impacto físico y visual que produce la cascada: "Es cosa de las más notables de ver que hay en España este dicho chorro, porque nace en la cumbre de las dichas sierras, las cuales son altísimas y por una quebrada dellas que tiene hacia el norte cae el agua a una hondonada que se face en aquella parte en despeñadero de altura de tres altísimas torres, o más, tan derechas y empinadas, que cosa viva sin alas no puede subir… el grosor del agua dicha es tanto como de un cuerpo de hombre, esto en el mes de Agosto, que en el invierno es el agua muy mucha, y así es cosa notable de ver, como cae el agua por el dicho altísimo, y singular despeñadero con plateada y arrebatada furia, dando por los peñascales de su corriente hasta llegar al baxo".
Un mirador construido en madera sobre estructura metálica, con barandillas de seguridad, situado al costado de Chorro de los Ángeles permite disfrutar, en todo su esplendor, la rica fauna local que incluye maravillas como el águila perdicera, el búho real, el buitre leonado, la collalba gris, el escribano hortelao y la bisbita campestre.
Visitar Robledillo de Gata es, indudablemente, la mejor manera de dejar atrás el stress cotidiano y volver a conectar con lo que realmente importa, disfrutando, al mismo tiempo, todo el encanto y la hospitalidad típica de Cáceres y sus habitantes.