ALERTAN DEL éxodo laboral masivo de jóvenes españoles: aún no ha alcanzado su culmen. El destino estrella es Reino Unido y dentro del espacio nacional, Madrid acoge el mayor número de aspirantes. El pasado martes, Fátima Báñez, ministra de Empleo y Seguridad Social, ha felicitado a los jóvenes en un comunicado, defendiendo que el paro juvenil ha descendido en un 9% en el último año. Y, por otro lado, un estudio demuestra que en el primer trimestre de 2014 se registró la mayor tasa de movilidad en cuatro años, un 12,4%. De los más de 3,5 millones de contratos firmados en ese periodo, casi medio millón tuvieron su razón de ser en la movilidad. Como decía, los datos colocan a Madrid como la comunidad autónoma más receptora, con 37.500 trabajadores. Le siguen Andalucía, Murcia y País Vasco. Por el contrario, Castilla-La Mancha se sitúa como la región desde donde más trabajadores salen, con 17.000 profesionales que emigraron, seguida de Castilla y León y Aragón. Alguien dijo algo así como que un país que obliga a la diáspora a su generación joven y mejor preparada es un país fracasado, pero está claro que en el caso de la emigración internacional la evasión juvenil es un derroche y un desperdicio. Derroche por la gran inversión que las familias han dedicado para su preparación y desperdicio por el talento que van a aprovechar otros países. Lo peor es que el paro juvenil en España es estructural; es muy triste que los más preparados, plenos de energía y con tantos años por delante se vayan fuera de un país en el que rige un capitalismo atroz —por los coletazos que da en sus últimos momentos— pero sin desarrollo laboral. La externalización y las nuevas tecnologías precarizan la vida de los jóvenes. La solución pasaría por cambiar el modelo productivo y recuperar el talento que emigra. Vivir y consumir en el extranjero, dinamizando otros circuitos económicos que no son españoles, da prosperidad al país que acoge mientras la precariedad se extiende por esta piel de toro extremista donde o bien se es alto ejecutivo o bien camarero y donde la manufactura o el trabajo productivo y las carreras intermedias se tienen poco en cuenta.
BALCÓN GLOBAL
Juan Carlos YAGO |
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