El puerto de Motril (Granada) cerró el año con un total de 564 escalas de buques mercantes, un ocho por ciento más que el ejercicio anterior, lo que, a juicio del presidente de la Autoridad Portuaria, José García Fuentes, "confirma la recuperación de las industrias, tras el parón provocado por la pandemia, que demandan más mercancías de exportación e importación" y augura "un margen mayor de crecimiento cuando se retomen las conexiones marítimas con Marruecos".
Por la naturaliza de los productos transportadas en las bodegas de estos barcos, la mayoría (208) corresponden a carga general, como elementos para aerogeneradores y pasta de papel, y graneles sólidos, principalmente de exportación, el caso de los distintos minerales procedentes de la provincia de Granada. Le siguen en número de escalas los ferris que conectan Motril con Melilla y la carga líquida.
A este dato de crecimiento se añade que la capacidad de carga de los barcos ha sido superior en 2021, pasando de los 5,7 millones de toneladas en 2020 a 6,6 millones el año pasado. Y es que la competitividad de un puerto se mide, entre otros parámetros, por esa capacidad de carga de los buques que atracan en sus muelles, lo que en el argot marítimo se conoce como GT, y por los elementos de mecanización que se emplean para la estiba y desestiba de las mercancías.
En el caso del puerto de Motril, las inversiones realizadas por los consignatarios en más medios y la mejora de las infraestructuras públicas ejecutadas hacen que "hoy a Motril lleguen barcos de mayores dimensiones, lo que se traduce en una disminución de los costes logísticos para nuestras empresas y, por tanto, que sean más competitivas en los mercados", ha indicado García Fuentes.
El transporte marítimo a nivel mundial camina hacia la optimización de los recursos con el fin de movilizar más volumen de carga en barcos cada vez de mayores dimensiones, lo que redunda en la disminución del precio de la tonelada movida.