Un estudio realizado en la Universidad de Granada (UGR) señala que mimetizarnos con nuestra pareja (esto es, percibir una mayor superposición entre la identidad personal y la de la pareja o tener un mayor sentido del 'nosotros') nos hace sentirnos más contentos/as con nuestra relación, tener una mayor satisfacción sexual y menos conflictos entre ambos.
Además, las parejas que se mimetizan y llevan a cabo esa superposición entre uno mismo y la otra persona tienden a tener una mejor calidad de vida en general, reporta mayor satisfacción y menor estrés, según este trabajo, realizado por investigadoras del Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC) de la UGR, y publicado en la revista International Journal of Social Psychology, cuyos resultados han dado a conocer con motivo del 14 de febrero, Día de San Valentín o los Enamorados.
Como explica la autora que lidera este trabajo, Inmaculada Valor-Segura (profesora titular del departamento de Psicología Social de la UGR), las relaciones de pareja son muy importantes porque brindan a las personas beneficios materiales, físicos y psicológicos, siendo, además, un ingrediente fundamental para la satisfacción y el bienestar personal.
De hecho, estudios transculturales han comprobado que las personas otorgan una gran importancia al hecho de tener una relación de pareja e informan de altos niveles de satisfacción con éstas. En concreto, se ha mostrado que la satisfacción marital es una variable que previene la ansiedad y depresión. Así, las mujeres con baja satisfacción marital presentan mayores niveles de ansiedad en comparación con aquellas que tenían alta satisfacción marital. Con relación a la sintomatología depresiva, los resultados de estudios previos han mostrado que puntuaciones bajas en satisfacción marital predijeron mayores niveles de depresión tanto en mujeres, como en hombres, aunque con mayor intensidad en las mujeres.
Fundamentales para el bienestar
La investigadora de la UGR apunta que las relaciones de pareja son fundamentales para el bienestar de la relación e individual porque se convierten, en cierto grado, en parte del 'yo', es decir, de la propia identidad de las personas.
De hecho, una de las variables relacionales que está recibiendo más atención en la actualidad en lo relativo a su influencia tanto positiva como negativa en la calidad de la relación y vital es la inclusión de la pareja en el yo. Teniendo en consideración la alta interdependencia existente entre los miembros de una relación, la investigación realizada en la UGR extiende la literatura previa al objeto de analizar de manera diádica cómo los niveles de IOS de un miembro de la relación, los de su pareja y la similitud entre ambas podrían afectar a la calidad relacional y vital.
En esta investigación, realizada con 169 parejas de población española, los resultados revelan que una mayor inclusión de la pareja en el yo (Inclusion of the Other in the Self, IOS por sus siglas en inglés) se relaciona con mayores niveles de satisfacción con la relación, hay una mayor satisfacción sexual y menos conflictos entre ambos. Además, se observó que las parejas que tienen una alta similitud en IOS tienden a tener una mejor calidad de vida en general, reportando mayor satisfacción y menor estrés.
Estos resultados respaldan la idea de que la inclusión de la pareja en el yo y su equilibrio entre ambos miembros de la relación es relevante a la hora de predecir bienestar, estabilidad en la relación y salud mental en parejas.
Actualmente, la profesora Valor-Segura, junto a Dra. Hannah Williamson (Universidad de Texas), están llevando a cabo un estudio cross-cultural sobre la importancia relativa de las relaciones románticas y los recursos socioeconómicos (clase social objetiva y subjetiva) en la salud y el bienestar. Los primeros resultados muestran que en España, la calidad de la relación romántica y la clase social subjetiva (a la que uno considera que pertenece) son los predictores más consistentes de la salud y el bienestar. Sin embargo, en Estados Unidos, los tres factores son importantes para determinar el bienestar, con la excepción de la salud física, que no está relacionada con la calidad de la relación romántica.